Imagina un mundo donde los dinosaurios no se extinguieron, o donde los mamuts sean conocidos como los elefantes, esto podría estar más cerca de lo que parece, científicos hablan sobre la desextinción, conoce de que trata.
Los avances en genética están abriendo la puerta a una era sin precedentes: La desextinción. Científicos están trabajando para resucitar especies perdidas, desafiando los límites de la ciencia y reescribiendo la historia de la vida en la Tierra.
¿De qué trata la desextinción?
Dentro de una década el mundo podría ver aproximaciones de criaturas que solo habían sido conocidas por fotografías en blanco y negro, animales disecados en museos y esqueletos fosilizados.
Sus defensores afirman que la resurrección de animales ya perdida está atrayendo a inversores con grandes sumas para su conservación, el cual el campo científico amplía los límites de la biotecnología con el objetivo de salvar a otras especies en peligro.
Por su parte, los críticos afirman que los científicos solo podrían crear imitaciones de los animales extintos, mientras que los expertos advierten que la cría y reproducción de las criaturas.
Las cuales podrían poner en peligro a los animales vivos utilizados como modelos y a los ecosistemas en los que serían liberados.
¿Qué es lo que dicen los científicos sobre la desextinción?
Los científicos se encuentran perfeccionando la desextinción, el intento de revivir las especies perdidas, la clonación, la ingeniería genética y al retrocría tradicional, tratan de recrear rasgos perdidos de especies extintas.
El conjunto de estas herramientas para la resurrección y la clonación tiene la capacidad de crear un animal casi idéntico genéticamente. La oveja Dolly se convirtió en el primer mamífero clonado hace casi 30 años.
Uno de los extintos más recientes es el de un hurón de patas negras, una especie en peligro de extinción, su proceso ha sido cauteloso, siendo poco probable que sirva para intentar revivir animales que desaparecieron hace mucho tiempo.
Ronald Goderie, director gerente del proyecto, afirmó que ya en la séptima generación, los tauros, como se les llamó, se parecen genéticamente en más de 99% a los extintos uros, con el tiempo, los animales muestran cambios físicos, como un pelaje de color más oscuro, así como de comportamiento, como la forma en que responden a depredadores como los lobos.
Los científicos de Colossal están detrás de los proyectos más ambiciosos, ya que el equipo quiere resucitar al mamut, al dodo no volador y al tigre de Tasmania, un marsupial australiano que se extinguió en 1936.
“Tampoco conocemos bien las necesidades de bienestar de los miembros de especies extintas, y las crías, por ejemplo, no aprenderían de sus padres a cazar, buscar comida o relacionarse con los miembros de otras especies”, explicó Palmer profesora de filosofía de la Universidad Texas A&M.
