Date Cuenta | Un desaparecido más: el INAI
La desaparición del INAI marca un retroceso en la transparencia y fomenta la opacidad. ¿Cómo puede el gobierno investigarse a sí mismo? La realidad de la 4T.
La reciente decisión de la llamada “Cuarta Transformación” de disolver el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) marca un retroceso preocupante en la lucha por la transparencia y la rendición de cuentas en México.
El INAI era un pilar fundamental para garantizar que los ciudadanos pudiéramos conocer y cuestionar el uso de los recursos públicos, algo esencial en un país que ha enfrentado numerosos escándalos de corrupción, como la Casa Blanca de Peña Nieto, las empresas fantasmas de Javier Duarte, o la Estafa Maestra, entre otros casos emblemáticos que salieron a la luz gracias a este organismo.
El conflicto de interés gubernamental
Con su desaparición, se elimina uno de los pocos mecanismos que permitían a la sociedad exigir claridad sobre las acciones del gobierno. Al transferir sus atribuciones a la Secretaría Anticorrupción, dependiente del propio gobierno, se genera un conflicto de interés evidente: ¿cómo puede un ente gubernamental investigarse a sí mismo? Esto no parece ser una medida para ahorrar recursos, sino un intento de consolidar un escudo de impunidad y limitar el acceso a la información pública.
Un regreso a la opacidad
Esta decisión nos regresa a épocas oscuras, similares a las del viejo PRI, donde la opacidad y la falta de rendición de cuentas eran la norma. La pérdida del INAI no solo afecta a las generaciones actuales, sino que condiciona negativamente el futuro de las próximas, dejándolas sin herramientas para exigir transparencia.
Este es un paso más en la erosión de las instituciones y las libertades ciudadanas, y nos coloca en un escenario de incertidumbre y desprotección ante el abuso del poder. La pregunta es clara: ¿qué ganamos con esto? La respuesta parece ser nada, excepto más oscuridad... ¡date cuenta, compadre!