Narcoguerra en Sinaloa: Culiacán está semiabandonada al caer la noche: “Necesitamos el apoyo federal”

Hay un panorama alarmante en Sinaloa tras 93 días de narcoguerra en el estado , pues se trata de una grave crisis social, económica y emocional para sus habitantes, especialmente los que radican en Culiacán y en los municipios aledaños, una ciudad que al caer la noche, vive en un estado de semiabandono.

Esta visión fue compartida por Miguel Calderón, Coordinador del Consejo Estatal de Seguridad de Sinaloa, quien funge como enlace de la sociedad civil frente a las autoridades, especialmente en estos casos en los que queda en evidencia la incapacidad del Gobierno para combatir la ola de violencia.

Uno de los impactos más visibles de la violencia es el vacío en las playas de Sinaloa, antes destinos turísticos vibrantes que ahora por momentos lucen desolados. Según pudo conocer FIA, aproximadamente el 50% de los restaurantes han cerrado sus puertas, mientras que otros luchan por sobrevivir rotando personal debido a la falta de recursos.

Esta situación no solo refleja la inseguridad, sino también el debilitamiento del tejido económico del estado .

En la entrevista realizada por el equipo de Hechos AM , Calderón explicó que Sinaloa está enfrentando su tercera gran ola de violencia en las últimas dos décadas, siendo esta la más devastadora. “Lamentablemente no es nuevo para el estado: en el 2008 surgió la primera fractura entre grupos delincuenciales; en el 2017 hubo una segunda y ahora esta tercera con circunstancias muy diferentes”, señaló el coordinador.

Además de informar que esto ha paralizado a la capital, también dejó en claro que la magnitud del problema ha superado las capacidades estatales, lo que ha llevado a reiterados llamados al gobierno federal para aumentar el apoyo en seguridad.

“El presupuesto destinado en los últimos 20 años no ha sido del tamaño del problema”, enfatizó Calderón, comparando el presupuesto de Sinaloa con el de otros estados como Sonora y Chihuahua, que reciben hasta tres veces más recursos.

La violencia no solo afecta las cifras económicas y de seguridad, sino también el bienestar emocional de los habitantes. “Es una montaña rusa, hay días que amanecemos con 2 o 3 homicidios, pero hay otros días donde despertamos con hasta 14 personas muertas”, comentó Calderón, quien subrayó el impacto psicológico de vivir en un entorno de incertidumbre y miedo constante.

La cotidianidad en Culiacán refleja el estado de alerta en el que vive la población. “En la mañana, efectivamente, podemos hacer nuestras actividades, los niños y niñas van a la escuela, los negocios se abren; pero al llegar la tarde-noche, esto se convierte en una ciudad semi abandonada”, describió Calderón. Esta dualidad subraya el impacto profundo de la violencia en la vida diaria de los sinaloenses.