El Hospital Materno Perinatal Mónica Pretelini Sáenz, uno de los más importantes del Estado de México (Edomex), enfrenta una crisis sin precedentes debido a la falta de personal, insumos y el deterioro de sus instalaciones.
Médicos y personal de salud han denunciado que las condiciones actuales ponen en riesgo la vida de las madres y recién nacidos atendidos en el nosocomio, que actualmente opera solo al 30% de su capacidad.
¡Solo un quirófano disponible! La otra cara del Hospital Materno Perinatal
El hospital, ubicado en Toluca, atiende anualmente hasta 8 mil nacimientos. Sin embargo, de sus cinco quirófanos, solo uno está operativo, lo que ha generado una sobresaturación en el servicio.
Juan Manuel Garduño, representante sindical del hospital, denunció que los quirófanos en desuso presentan fallas estructurales, lo que ya ha derivado en accidentes.
“Pasó un accidente donde, al subirse a una mesa parchada, la paciente se desplomó. La mesa ya no tenía la capacidad de soportar el peso”, reveló Garduño para Fuerza Informativa Azteca (FIA).
Falta de personal médico y atención precaria en el hospital
Otro de los problemas graves es la escasez de personal especializado. El Hospital Materno Perinatal solo cuenta con un neonatólogo para atender hasta 100 bebés al día.
Además, en el turno vespertino no se realizan procedimientos quirúrgicos por la falta de anestesiólogos, por lo que cirugías de alto riesgo debe esperar horas para poder ser atendidas.
Según el personal del hospital, las autoridades del programa IMSS-Bienestar les prometieron una solución en un plazo de un año. Sin embargo, los trabajadores temen que para entonces la situación haya empeorado irreversiblemente.
Protestas y llamados urgentes a las autoridades
Este lunes, personal se manifestó para exigir una solución inmediata. Denuncian que la falta de especialistas en anestesiología y ginecología, así como la inoperatividad de los elevadores y consultorios, agravan la crisis.
Los trabajadores han advertido que podrían suspender servicios si no reciben una respuesta clara y pronta por parte de las autoridades. “Nos dijeron que nos darán una respuesta, pero que podría tardar hasta un año”, señalaron en la protesta.
Mientras tanto, el hospital sigue operando a menos del 30% de su capacidad, poniendo en riesgo la vida de cientos de mujeres y recién nacidos que dependen de sus servicios.