Los cetáceos son una de las formas de vida marina más asombrosas que existen en nuestro planeta . Estos mamíferos acuáticos cuentan con una forma de socializar muy peculiar, pues, a diferencia de los humanos y de otras especies, estos se comunican a través de la emisión de sonidos por lo que la contaminación sonora afecta la forma en la que se desenvuelven.
Los sonidos que generan estos animales en su hábitat tienen diversas funciones, como ubicar el entorno en el que se encuentran, comunicarse con los de su especie e incluso cazar. De hecho, algunos de ellos cuentan con la función de ecolocalización, que consiste en emitir y percibir sonidos que, consecuentemente, rebotan en objetos, lo cual les permite ubicarse para encontrar compañeros y presas.
Sin embargo, las habilidades de estos animales se han visto entorpecidas gracias a la presencia de los seres humanos. Lamentablemente, nuestra actividad en espacios marítimos ha provocado que las habilidades naturales de los cetáceos sean dañadas, hasta llegar a al punto de interferir significativamente en su capacidad de supervivencia.
La contaminación sonora ha dificultado la vida de los cetáceos
La contaminación sonora ha impedido que los sonidos de estos mamíferos viajen de manera adecuada; debido a esto, no alcanzan a comunicarse con otros integrantes. Al final, esto provoca que algunos individuos se separen de su grupo o tengan mayores dificultades para encontrar una pareja reproductiva.
El ruido generado por la acción humana ha dificultado todos los aspectos de su vida, a tal grado que pueden llegar a desorientarse, tener dificultades para comunicarse con otros cetáceos, no lograr reproducirse, se estresen e incluso puede impedir que detecten objetos en el mar con los que podrían chocar.
¿Qué actividades humanas producen contaminación sonora?
Toda actividad humana que se realice en un ambiente costero o marino genera contaminación sonora en los océanos, ya sea que se trate de pesca, exploraciones en el mar, embarcaciones, obras civiles o el transporte marítimo.
Las actividades humanas han provocado que aumente la contaminación acústica, la cual sigue en constante crecimiento. El sonido de estos medios de transporte son tan frecuentes que se ha vuelto insoportables para la mayoría de cetáceos.