El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el acceso al agua como un derecho humano; en México se utiliza en los hogares, fábricas y el campo, pero ¿cómo se distribuye su consumo en dichos sectores?
Jorge Arriaga, coordinador de la Red del Agua de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que de toda “el agua que gastamos como país”, el 76 por ciento se utiliza en la agricultura, 14 por ciento va para consumo humano, cinco por ciento se usa en la industria y otro cinco por ciento para la producción de energía.
¿En qué gastamos el agua los mexicanos, en casa y la industria?
Del total de agua para consumo humano, el 40 por ciento se usa en el inodoro , el 30 por ciento al bañarnos, 15 por ciento al lavar nuestra ropa, cinco por ciento en el lavabo y otro cinco por ciento en la preparación de alimentos.
Las condiciones del hogar pueden influir en el consumo del agua, pues a decir del especialista, un inodoro viejo puede gastar entre 10 y 15 litros, mientras que uno eficiente gasta entre cinco y seis litros.
El agua “se desperdicia como si fuera un recurso ilimitado”
Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), afirmó que “el agua es infinitamente valiosa ya que sin ella la vida no podría existir”; sin embargo, “se desperdicia todos los días como si fuera un recurso ilimitado”.
El desperdicio no solo puede ocurrir en los hogares al usar el baño o lavar la ropa, también en las calles de cualquier ciudad de México cuando hay una fuga.
Al respecto, Jorge Arriaga señaló que en México el 40 por ciento del agua potable que corre en las tuberías se pierde por fugas.
Mientras que la agricultura y la ganadería consumen más del 75 por ciento del agua disponible del país, actividades económicas donde puede haber hasta un 60 por ciento de pérdida del líquido.
La UNAM resaltó en un comunicado que “es un error culpar a la naturaleza de la escasez de agua, sin reconocer los errores en la forma de manejar el recurso hídrico”.
Es importante identificar en qué o cómo se gestiona el consumo de agua en los hogares, las industrias y las ciudades para hacer más eficiente su manejo y ayudar a que llegue a todos los que actualmente no la tienen.
En el sector agrícola se podrían utilizar sistemas de riego más eficientes y en las viviendas optar por regaderas ahorradoras, o bien, implementar sistemas de captación de agua de lluvia, concluyó la UNAM.