Irá al volante en CDMX: de los roces a los golpes; no conducir con respeto podría acabar mal
En avenidas y calles principales de la Ciudad de México, así como en otros puntos, se han registrado casos de incidentes viales que terminan en tragedia.
Seguramente le han tocado estas intersecciones a usted, donde se debe de respetar el uno a uno al manejar. Cuando no hay esa tolerancia y ese respeto, comienzan las fricciones y luego más violencia.
Por ejemplo, alguien puede prender su direccional para cambiarse de carril y pese a ello, no hay conductores amables que avientan el carro y por un detalle de estos comienzan los incidentes de violencia.
¿Qué opinan algunos conductores sobre la ira al volante?
Violeta Rodríguez, automovilista en la Ciudad de México (CDMX), comparte que en la capital “se maneja muy agresivo aquí en la Ciudad de México siempre, pues se le meten a uno, sin poner la direccional, no sé, van a dar vuelta y no van en el carril”.
“Te la mientan, te dicen que estás bien, no sé qué, que esto que el otro, también luego, pues tú te estresas, pero, pues qué puedes hacer, es parte de, no podemos hacer nada”, dice Benjamín Pérez, automovilista.
Doris Ochoa, psicóloga, comparte que hay personas que ven en el conducir “la vía de desahogo” de “rabias, frustraciones, enojos, ¿y a qué nos conlleva?, pues a que me voy volviendo cada vez más impetuoso, más agresivo”.
María del Carmen Cendón, especialista en sociología criminal, comenta que estas situaciones son porque la persona no tiene el apego a la cultura cívica y el apego a la ley.
“El día que el sujeto nuevamente entienda el respeto hacia la convivencia en ese momento que es el respeto a la norma, quizá podrá bajar un poco ese tipo de violencia”, dice.
De la ira a la relajación al manejar; manteniendo la calma
Una pequeña incidencia al volante, pues puede convertirse en una riña, en una pelea y luego lamentablemente en historias con desenlaces fatales.
La psicóloga Doris Ochoa externa que para poder enfrentar este tipo de situaciones, las personas podrían optar por “poner música, respirar, considerar un tiempo de calma, en medio del caos”, algo así como “estrategias muy personales”.