La furia de “Alberto” desata el caos en Tamaulipas: familias pierden todo en inundaciones, pero agradecen por lluvia

En cuestión de horas, el agua alcanzó una altura de metro y medio, inundando por completo las casas, tras el paso del ciclón tropical “Alberto”, en Tamaulipas.

Por: Édgar Galicia y Ollinka Méndez

Un torrente de agua sin precedentes azotó el Ejido Miraflores en Tamaulipas, dejando a su paso una estela de devastación y conmoción, pero también una especia de alegría agridulce ante la sequía de tantos años. La tormenta tropical “Alberto” desató su furia en la región, provocando inundaciones que arrasaron con todo a su paso.

El Río Corona, que apenas dos horas antes se mostraba apacible y seco, se convirtió en un feroz gigante que desbordó su cauce, inundando las viviendas de la comunidad. Los habitantes, tomados por sorpresa, solo pudieron ver con impotencia cómo el agua irrumpía en sus hogares, arrebatándoles sus pertenencias y recuerdos.

“Nada más de repente empezó a subir el nivel, el nivel, el nivel de agua”, recuerda con angustia, Dulce Cepeda, una de las residentes afectadas. “Para las nueve de la mañana el río ya se estaba desbordando”.

En cuestión de horas, el agua alcanzó una altura de metro y medio, inundando por completo las casas. “Son aguas extraordinarias, como te das cuenta, ya tenemos casas, hay 300 personas afectadas. Ya tenemos el censo. Ahorita están establecidos tres albergues”, informó una representante de las autoridades locales.

Afectados tienen pérdidas casi totales tras el paso de “Alberto”

En la casa de Lázaro, la desolación es palpable. Sus muebles, electrodomésticos y pertenencias personales están “nadando” en el agua y evidentemente dañados. “Ahorita ya está todo empapado, ya pérdida total”, lamentaba mientras observaba con tristeza su hogar inundado.


“Tengo que sortear aquí, miren, es todo lo que está arrastrando la corriente”, dice mientras señala cómo el agua arrastraba todo a su paso.

La furia del Río Corona no solo destruyó bienes materiales, sino también la tranquilidad y la estabilidad de estas familias. Tras años de esfuerzo y sacrificio, todo se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

Pese a todo, agradecidos por la lluvia

Sin embargo, en medio de la tragedia, también brota un rayo de esperanza. Lázaro, a pesar de haber perdido todo lo material, se muestra agradecido por la lluvia. “Pues si son años de sacrificio, pero bueno, pues ahorita gracias a Dios, pues estamos tristes, tristes y contentos, porque, pues si ya hay lo que necesitamos el vital líquido para todas las personas”.

Las familias afectadas fueron trasladadas a una iglesia ubicada en una loma alta, donde se les brindó refugio y asistencia. Las autoridades locales han informado que nadie podrá regresar a sus hogares hasta que la inundación se haya reducido por completo.

La furia de “Alberto” ha dejado una huella imborrable en Miraflores. La comunidad enfrenta ahora la ardua tarea de reconstruir sus vidas y sus hogares.

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