Asesinato del niño Cruz es la punta del iceberg del maltrato infantil en México

Este es el pequeño Cruz de seis años de edad, buscando comida en la basura, desnutrido, golpeado, apenas con un pantalón para cubrirse. Así vivió sus últimos días. El maltrato fue extremo.

Fue asesinado a golpes el 10 de octubre pasado por su padrastro. Los peritajes en el expediente que se abrió por su homicidioindican que Cruz presentaba condiciones de maltrato físico grave. Pero nadie impidió la muerte del pequeño en la vivienda del segundo piso del número 12de la calle Citoplasma y Adolfo López Mateos, en la colonia agrícola Pantitlán, que hoy tiene sellos ministeriales.materiales.

Berenice, la madre, está vinculadaa proceso por el homicidio y está presa en el penal de Santa Marta, Acatitla. En la acusación en su contra se indica que permitió las golpizas y presuntamente participó en el deceso del pequeño. Su pareja sentimental, Óscar Francisco, el hombre señalado de matar al niño, también está sujeto a juicio tras las rejas en elreclusorio norte.

El caso de maltrato infantil contra el niñoCrucito escaló hasta su muerte. Y miles de menores más en México podrían tener el mismo destino, ante una violencia que crece y se normaliza. Entre más de 38 millones de niñas, niños y adolescentes, el 63% de 1 a 14 años de edad han experimentado al menos una forma de castigo psicológico o físico por miembro sde su hogar, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en México.

Un maltrato por el que más de 118 mil menores de entre 1 y 17 años han terminado en unhospital por violencia familiar o de otro tipo entre 2020 y 2023. Así lo revela el Registro de Lesiones, una base de datos oficial de la Secretaría de Salud del gobierno federal, una violencia familiar que solo en 2023 dejó a mil 188 víctimasde entre 1 y 5 años de edad que tuvieron que ser atendidas en hospitales por sus lesiones, al igual que casi 3 mil niños y niñas de entre 6 y 11 años y más de 16 mil de entre 12 y 17 años que también recibieron atención médica. Esa es la dimensión del maltrato hacia los menores en México, que está a la vista de familia, vecinos, compañeros de aula, que nadie evita,como en el caso del pequeño Cruz,donde nadie impidió que fuera asesinado.