Esta es la razón por la que un reo puede casarse en una cárcel en CDMX y Edomex

Por ahí dicen que para el amor no hay imposibles y contraer matrimonio ha llegado a ser un anhelo para muchas parejas que buscan pasar el resto de sus vidas con su pareja, pero ¿qué pasa cuando alguien privado de la libertad desea casarse en la cárcel ?

¿Te has preguntado qué pasa con las personas que han sido recluidas en alguna cárcel de la Ciudad de México (CDMX) o del Estado de México (Edomex) que se casan? En Fuerza Informativa Azteca (FIA) te contamos por qué se puede realizar un enlace matrimonial en el penal.

Por ejemplo, el 22 de agosto pasado, la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en coordinación con la Dirección General del Registro Civil, ambas de la Ciudad de México, realizaron enlaces matrimoniales, registros y reconocimientos, en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, ubicado en la alcaldía Iztapalapa.

En aquella ocasión, ocho parejas se unieron en matrimonio, de las cuales dos fueron interreclusorios con el Reclusorio Preventivo Varonil Norte y la Penitenciaría, seis matrimonios igualitarios, cuatro registros y un reconocimiento de menor.

Incluso estuvo presente la banda musical “Chomba” de la SSC, junto al Sonido Libertad, en donde los esposos y esposas pudieron bailar y cantar en compañía de sus seres queridos.

Alguien recluido en un penal de la Ciudad de México y del Estado de México puede casarse, pues aunque es una persona que esté privada de la libertad, siguen siendo personas con derechos.

“Anteriormente hace algunos años había mucha limitante, pero a partir del año 2008 en adelante, el Derecho Penal ha tenido muchas reformas, entre esas ha sido parte el Sistema Penitenciario, el cual está fundamentado en el Artículo 18 Constitucional, este Artículo tenía un gran atraso en su reforma, pero fueron cuestiones internacionales las que hicieron que México actualizara este numeral”, explicó en entrevista la abogada Nathali Hernández Islas.

La abogada y docente en Derecho en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) contó que el objetivo principal del Sistema Penitenciario “es la reintegración social del individuo” y se toman como base los derechos humanos.

El Artículo 18 de la Constitución establece que el Sistema Penitenciario “se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley”.

En el año 2011, recordó, la Constitución Política tuvo reformas en su Artículo 1, que reconoce los derechos humanos, “pero además obliga al Estado a garantizar estos derechos humanos; parte de estas garantías es lo que ofrece en el Sistema Penitenciario para que una persona se pueda casar”.

De acuerdo con la especialista, “uno de los derechos humanos es casarse y tener unión con la persona que desee para formar e integrar una familia, y el derecho humano también que está involucrado es a formar una familia, y entonces por eso las personas que están privadas de su libertad tienen el derecho de poderse casar”.

Si una persona persona privada de su libertad en un reclusorio de la Ciudad de México o del Estado de México tiene el anhelo de casarse, se deben cumplir ciertos requisitos, que son “los que te pide el Registro Civil, como a cualquier persona que no esté detenida”.

De ahí se deberá hacer la petición al personal del reclusorio o ante el Sistema Penitenciario, a través de una defensa legal.

“El Sistema Penitenciario no es el que lleva el proceso penal, no es el juez que te sanciona por el delito que cometes, sino que son trámites de cierto modo administrativo, donde se integra una carpeta administrativa de la persona que está detenida y de acuerdo a esta, te pueden dar la autorización de casarte o te la pueden negar”, comentó la abogada de la UNAM.

La posibilidad de que a una persona recluida le nieguen casarse dentro del penal, es que haya cometido algún delito grave como feminicidio, por ejemplo, en contra de alguna mujer que en vida haya sido su cónyuge, o bien, si una mujer privada de la libertad cometió el delito de homicidio contra su pareja, pues “tendría que haber argumentos suficientes para que se le niegue”, según el caso de cada interna o interno.

“Se tiene que analizar el expediente del reo (…) lo que favorece a la petición es buen comportamiento, que estés trabajando o estudiando dentro del reclusorio, todo un buen historial; mientras una persona privada de su libertad tenga un buen historial mayor probabilidad tiene de que concedan la petición que conforme a derecho le tocan”, añadió Hernández Islas.