Uno de los oscuros capítulos de la herencia maldita fue la liberación del 17 de octubre de 2019 de Ovidio Guzmán, “El Ratón”, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo” del cártel de Sinaloa. Ea una evidencia irrefutable. Gobernantes doblegados por el crimen organizado.
“Yo ordené que se detuviera eso operativo y que se dejará en libertad a este presunto delincuente”, comentó el expresidente Andrés Manuel López Obrador al respecto.
Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas
No era un delincuente común. Era hijo de unos de los narcotraficantes que más poder tuvo en México al ser el líder del cártel de Sinaloa.
Fundado en la década de los ochenta, justo por “El “chapo”, Ismael “El Mayo” Zambada y Héctor “El Güero” Palma; los tres hoy están fuera de combate.
Aun cuando la organización cruza por una guerra interna por los encarcelamientos de “El Mayo” y “El Chapo”, no deja de ser una de las más poderosas.
El legendario cártel de Sinaloa tiene influencia en 24 estados de México. Además de sus células de tráfico de drogas, tiene diversos brazos armados porque sostiene violentas disputas en 21 estados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuyo líder es Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.
Cártel de Sinaloa y su expansión mundial; ¿con qué delitos se le vincula?
Operan en el Triángulo Dorado. Produce y distribuye fentanilo, metanfetamina, heroína, cocaína y marihuana; su principal cliente es Estados Unidos. Incursionó en la extorsión, cobro de piso, huachicoleo, robo de minerales, tráfico de migrantes, tráfico de armas y lavado de dinero.
La hegemonía se extiende a casi todos los continentes, a excepción de la Antártida. Tiene operación en toda América Latina.
En Europa hay asociados en Alemania, Francia, Suiza, Países Bajos, España e Italia, en esta última nación las crónicas han dado cuenta de intercambios con Ndrangheta, la mafia más poderosa.
En Asia, intercambian precursores químicos con India y tríadas chinas, por eso la liberación de Ovidio Guzmán levantó ámpula. Era el hijo de una dinastía criminal.
“Sí hicimos o hicimos mal, ya la historia lo dirá, yo fui el que tomó la decisión de parar el operativo”, expresó López Obrador en Palacio Nacional cuando era presidente de México. Pero el juicio de la historia lo alcanzó muy pronto y hoy México paga los platos rotos de la herencia maldita.