¿Santa Claus eligió a Rodolfo el reno por su singular nariz... o tiene una gran visión?

La historia de Rodolfo el reno es una de las más emotivas de la época de Navidad , ya que retrata cómo un ciervo pasó de ser la burla de sus compañeros a el gran salvador de esta festividad, y todo debido a su singular nariz roja.

Sin embargo, esta característica no es la única ventaja que se le atribuye, pues se presume que este animal tiene grandes capacidades, como una habilidad para nadar, buena resistencia, una gran visión y otras peculiaridades que aquí te contamos.

Remolcar un trineo con cientos de regalos no es tarea fácil, por lo que no cualquier animal está preparado para esta tarea. El reno, ciervo navideño o caribú, reúne las características para hacer frente a este compromiso con los pequeños que los esperan ansiosos cada año.

Este mamífero está acostumbrado al fríos, suele habitar zonas donde predominan las bajas temperaturas, como las regiones del norte de América, Europa, Asia y Groenlandia, incluso pasan su verano alimentándose de la vegetación de la tundra, una región polar.

Tienen un tamaño promedio de 120 a 150 cm al hombro y pueden pesar hasta 320 kilogramos, no obstante, durante sus viajes de migración pueden recorrer hasta 2,500 kilómetros, es decir, que sus grandes dimensiones no se interponen con su capacidad de resistencia.

Cuenta con cuatro grandes herramientas, sus pezuñas, estas no sólo le permiten atravesar la nieve sin problema alguno, sino que también son útiles como palas excavadoras en la tundra, y como remos en el agua, atributo que, por cierto, le permite ser un gran nadador.

Además son tan resistentes que además de aguantar su cuerpo, también tienen bordes lo suficientemente afilados para sostenerse a las rocas o el hielo.

Si bien la “nariz roja” es sólo parte de un bonito cuento de Navidad, los renos tienen una singularidad aún más especial y es que poseen una gran visión ultravioleta que les permite ver longitudes de hasta 350 a 320 nanómetros. Nosotros los humanos podemos registrar ondas azules de 400 nanómetros a 700.

Asimismo, su estructura ocular se modifica en función de sus necesidades, ya sea que busquen comida o escapar de los depredadores, su ojo puede presentar ligeros cambios.

Pero eso no es todo, los ciervos navideños también pueden cambiar el color de sus ojos según la temporada del año. Durante el verano, la capa que recubre su ojo se torna dorada con vetas turquesas, pero durante el invierno esta superficie de nombre “tapetum lucidum” se vuelve azul.

Se cree que este cambio de tonalidades tiene relación con la absorción de la luz en la gama de colores azules e inferiores al azul durante la oscuridad del invierno.

Además, tanto machos como algunas hembras poseen poderosas cornamentas con los que pueden competir y protegerse de otros renos o especies, también suelen ser útiles para la reproducción, ya que algunas hembras pueden sentirse más atraídas por machos con astas más grandes y complejas.

Esta protuberancia ósea se compone de proteínas, fosfato cálcico y otros minerales como sodio, potasio o magnesio; además suelen crecer con gran velocidad, por lo que es normal que cada año atraviesen por un proceso “desmogue”, fenómeno muy particular de la familia de los cérvidos.

Este término hace referencia al momento en que las astas o cornamentas de estos animales se caen para que unas nuevas puedan crecer. Esto ocurre una vez al año.

A los renos machos les empiezan a crecer las astas en febrero y a las hembras en mayo, sin embargo, el crecimiento en ambos sexos termina al mismo tiempo. Durante este periodo, los renos machos pierden su defensa por lo que entran en un estado de vulnerabilidad.

A pesar de ser unos de los ayudantes de Santa Claus, los renos son una especie que se considera bajo amenaza según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con una tendencia decreciente en su población.