En la constelación de Puppis, a 1.300 años luz de distancia, una estructura cósmica peculiar ha cautivado la atención de los astrónomos. Se trata de CG 4, un cúmulo cometario con una forma distintiva que recuerda a una mano fantasmal que se extiende hacia el cosmos. Esta imagen, capturada por la Cámara de Energía Oscura del Observatorio Cerro Tololo en Chile, ha sido apodada acertadamente “La Mano de Dios”.
CG 4 forma parte de los llamados glóbulos cometarios, un tipo de nebulosa oscura caracterizada por su densa nube de gas y polvo rodeada de material ionizado. Su forma alargada, con una cabeza de 1.5 años luz de diámetro y una cola de 8 años luz, la convierte en un ejemplo clásico de este tipo de objeto.
FOTO: Así se ve la “Mano de Dios”
Los glóbulos cometarios son relativamente jóvenes en términos astronómicos, y su formación aún es un tema de debate. Una teoría sugiere que se originan a partir de nebulosas esféricas como la Nebulosa del Anillo, que son deformadas por la explosión de una supernova cercana. Otra posibilidad es que se formen por la acción de los vientos estelares y la presión de radiación de estrellas masivas cercanas.
En el caso de CG 4, se cree que la estrella de neutrones Vela Pulsar, remanente de una supernova, está jugando un papel crucial en su formación y evolución. Los vientos y la radiación de esta estrella masiva están erosionando la cabeza del glóbulo cometario, pero al mismo tiempo están proporcionando la energía necesaria para la formación de nuevas estrellas en su interior.
La imagen de “La Mano de Dios” también revela la presencia de la galaxia espiral ESO 257-19 justo detrás del glóbulo cometario. Sin embargo, esta proximidad es solo una ilusión óptica, ya que la galaxia se encuentra a millones de años luz más allá de CG 4.
El estudio de CG 4 y otros glóbulos cometarios nos ayuda a comprender mejor la formación de estrellas y la evolución de las nebulosas en el universo. Estas estructuras, aunque efímeras en la escala cósmica, nos brindan información valiosa sobre los procesos que dan lugar al nacimiento de nuevas estrellas y la composición del medio interestelar.