Inflación descontrolada: Bolivia se hunde en una crisis económica que desata protestas masivas

La inflación en Bolivia ha alcanzado niveles alarmantes, provocando una profunda crisis económica y diversas protestas sociales a lo largo de todo el país.

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Escrito por: Rodrigo Lema

Inflación y crisis económica provocan protestas sociales
La combinación de inflación, escasez de combustible y falta de dólares ha creado un caldo de cultivo para el descontento social.
| REUTERS

Un fantasma recorre Bolivia: el fantasma de la crisis. Las calles, antes vibrantes y llenas de vida, ahora son escenario de protestas, bloqueos y cacerolazos.

La escasez de combustible, la inflación galopante y la falta de dólares han sumido al país en un profundo malestar social, poniendo en jaque al gobierno de Luis Arce.

Pero la crisis económica no es el único frente que enfrenta el país: la pugna política entre el expresidente y acusado de abuso y trata de menores Evo Morales y el actual mandatario, Luis Arce, añade leña al fuego y amenaza con desestabilizar aún más la nación.

El grito desesperado: "¡Todo está caro!”

"¡Todo está caro!”, se escucha en cada esquina, en cada mercado, en cada hogar boliviano.

La inflación, que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) alcanzó un preocupante 5.3% en septiembre, sin embargo otros datos son los que maneja el Ministerio (Secretaria) de Planificación del Desarrollo, en los 10 meses de 2024, el país reportó una inflación del 7,26% mientras que, para diciembre, se calcula que se ubicará en 7,94 por ciento, inflación que carcome el poder adquisitivo de la gente.

El Estado, sin embargo, había proyectado una cifra considerablemente menor, de3,6% para todo el período en curso. Los precios de los alimentos básicos, como la carne, el pan y la leche, se han disparado, mientras que el costo del transporte público se ha vuelto casi inaccesible para muchos.

La sed de dólares que asfixia al país

La escasez de dólares es otro de los factores que agravan la crisis. Las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia (BCB) han caído a su nivel más bajo en 12 años, lo que ha generado una devaluación de la moneda local y ha dificultado las importaciones.

El gobierno ha implementado medidas para controlar la salida de dólares, como la venta directa a la población a través del BCB, pero la demanda sigue superando la oferta.

Crisis y descontento desatan protestas sociales

La combinación de inflación, escasez de combustible y falta de dólares ha creado un caldo de cultivo para el descontento social.

Las protestas se multiplican en las calles, lideradas por organizaciones sociales, sindicatos y grupos de oposición. Los bloqueos de carreteras se han convertido en una constante, afectando el transporte y el comercio.

El gobierno de Luis Arce se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado, la presión social exige soluciones inmediatas a la crisis.

Por otro lado, las limitaciones económicas y las presiones políticas dificultan la toma de decisiones. Arce ha anunciado un plan de austeridad y ha solicitado créditos internacionales, pero la incertidumbre persiste.

Evo vs. Arce: una lucha de poder que divide al país

La crisis económica se ve agravada por la pugna política entre Evo Morales, ex líder del partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), y el presidente Luis Arce.

Morales, quien renunció a la presidencia en 2019 tras irregularidades notorias y denuncias contundentes de fraude en las elecciones presidenciales, ha acusado a Arce de “traicionar” el proceso de cambio y de implementar políticas neoliberales.

La sombra de la desestabilización

La lucha de poder entre Evo y Arce ha generado divisiones dentro del MAS y ha debilitado al gobierno.

Morales ha convocado a movilizaciones y bloqueos en apoyo a sus demandas, lo que ha aumentado la tensión social y ha generado temores de desestabilización. Algunos analistas advierten que la crisis política podría derivar en un golpe de estado o en una intervención extranjera.

Elecciones 2025: ¿un nuevo horizonte o más de lo mismo?

En medio de este panorama convulso, las elecciones generales de 2025 se vislumbran como un punto de inflexión para Bolivia . La población, agobiada por la crisis y desilusionada con la clase política, busca alternativas que ofrezcan soluciones reales a sus problemas.

Sin embargo, el panorama electoral es incierto. El MAS, dividido entre los seguidores de Evo y Arce, podría perder la hegemonía que ha mantenido durante casi dos décadas.

La oposición, fragmentada y sin un liderazgo claro, busca capitalizar el descontento social, pero enfrenta el desafío de construir una alternativa creíble y convincente.

Las elecciones de 2025 serán una prueba de fuego para la democracia boliviana. La población tendrá la oportunidad de decidir el rumbo del país en un momento crucial de su historia.

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