¿Qué tienen en común México y China? En el Barrio Chino de CDMX y su gastronomía está la respuesta
La CDMX es una mezcla de culturas y el mejor ejemplo es el Barrio Chino, donde la gastronomía es abundante, pero también sorprendente por su creatividad.
Apenas cruzas la Alameda Central y la Avenida Juárez, puedes ver el famoso arco Paifang que te indica solo una cosa: has llegado al Barrio Chino. Son apenas dos cuadras donde abundan los colores, principalmente el rojo, pero también están impregnadas de olores, porque la gastronomía de China y México se fusionaron para crear recetas que encuentras en restaurantes o en puestos a la orilla de las banquetas.
Este barrio cargado de influencia oriental se ubica en la zona centro de la Ciudad de México (CDMX), específicamente en la calle Dolores, entre la Avenida Juárez y la calle Victoria.
¿Cómo se originó el Barrio Chino en la CDMX?
El origen de este lugar está en Torreón, Coahuila, donde 300 chinos (incluidos mujeres y niños) fueron asesinados por tropas maderistas, en un lejano mayo de 1911, según datos del Fideicomiso del Centro Histórico de CDMX.
Debido a que la persecución de chinos se intensificó en el norte, especialmente en estados como Sonora y Sinaloa, huyeron y formaron barrios orientales en varias ciudades, incluida la capital del país.
En 1920, la comunidad china se agrupó en las calles Dolores, Independencia, López, Artículo 123 y San Juan de Letrán, ubicadas en la zona centro de CDMX. Posteriormente, su presencia creció en zonas como San Cosme y la colonia Viaducto.
El tamaño que tiene el Barrio Chino se debe a que el presidente Plutarco Elías Calles (de 1924 a 1928) creó pequeños barrios orientales que en realidad funcionan como “campos de prohibición”, para llevar al mínimo su convivencia con los mexicanos, precisó el Fideicomiso.
Fue hasta la década de 1970 que se reconoció oficialmente al Barrio Chino, en el marco del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre México y el país asiático. En 2008 se inauguraron los arcos que dan la bienvenida a todos los visitantes: el Paifang y el Arco puerta Luna.
Gastronomía une lo más representativo de China y México
En el Barrio Chino se vende de todo, desde ropa y calzado, artículos decorativos y accesorios con estilo oriental, pero lo que sin duda destaca es la comida; apenas cruzas el arco Paifang, te encuentras con varias creaciones culinarias.
La riqueza del Barrio Chino, considerado el más pequeño del mundo, radica en que no solo abundan las recetas chinas, también hay una marcada influencia gastronómica de sabores japoneses, coreanos y claro, mexicanos.
Para muestra el ramen frito, aunque originalmente no se consume así, los mexicanos le dieron su toque y ahora venden los fideos fritos, preparados con varias salsas.
Y no podemos dejar a un lado los panes al vapor, cuya receta original dice que son salados, pero en el Barrio Chino ya les dieron un lado muy dulce, con sabores como chocolate, arroz con leche y beso de ángel.
Por supuesto que además de la comida, esta variedad de culturas también se refleja en los artículos de moda, como el maquillaje coreano. Son dos calles donde varios mundos se unen.