La donación de sangre puede ayudar a muchas personas en los hospitales. Sin embargo, un componente particular en la sangre de un hombre en Australia literalmente salvó la vida de 2.4 millones de bebés.
El histórico donante se trata de James Harrison, un hombre que hasta sus 88 años de edad acudió a donar sangre más de mil 100 ocasiones de forma altruista y voluntaria, debido a que el plasma en su sangre contenía un extraño y valioso anticuerpo llamado “Anti-D”. El australiano, apodado como el “hombre con el brazo dorado”, falleció el 17 de febrero de 2025.
La Cruz Roja de Australia confirmó el fallecimiento de Harrison, quien murió pacíficamente mientras dormía en un asilo de ancianos al norte de Sídney.
¿Por qué el plasma de James Harrison era tan valioso?
James Harrison tenía el anticuerpo Anti-D en su plasma. Este sirve para elaborar un medicamento administrador a madres embarazadas, para evitar que la sangre ataque las células sanguíneas de sus bebés no nacidos, una enfermedad conocida como enfermedad Rhesus.
Esta enfermedad hemolítica del recién nacido, como también es conocido, causa que el sistema inmunológico de la madre ve los glóbulos rojos del bebé como extraños, lo cual provoca que los ataque y se descompongan mucho antes.
La enfermedad Rhesus puede causar incluso a la muerte del bebé antes o poco después de nacer, explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
¿Cuándo descubrieron el anticuerpo Anti D, que tenía James Harrison?
Los especialistas describieron el Anti-D en la década de 1960. No obstante, pocos donadores de sangre poseen este anticuerpo, calificado como un “santo grial”, ya que no muchas personas lo producen en suficiente cantidad y calidad. Australia sólo cuenta con 200 donantes de este tipo de anticuerpo, señala la Cruz Roja de dicho país.
James Harrison comenzó a donar sangre en 1954 a los 18 años de edad, luego de recibir varias transfusiones en una cirugía de pulmón que recibió a los 14 años. Su acción altruista es debido a que el hombre quería retribuir algo de lo que él recibió.
El australiano siguió donando sangre hasta 2018, a los 81 años de edad. La Cruz Roja de Australia reconoció al hombre, de la misma forma que sus familiares. Incluso en 2019, le pusieron su nombre a una cafetería en un banco de sangre en Sídney.
“James era un humanitario de corazón, pero también muy divertido. En sus últimos años, se sintió inmensamente orgulloso de convertirse en bisabuelo de dos hermosos nietos, Trey y Addison. Como beneficiaria de Anti-D, él ha dejado atrás una familia que tal vez no hubiera existido sin sus valiosas donaciones”, aseguró Tracey Mellowship, hija de James.