Es probable que existan personas que han experimentado un ataque de pánico sin saber qué es; ante esto, el Instituto Nacional de Salud Mental (NIH) de Estados Unidos explica cuáles son los síntomas y el tratamiento.
Un ataque de pánico puede disminuir la calidad de vida y ocasionar dificultades en entornos como el trabajo o la escuela; sin embargo, es importante mencionar que se puede tratar.
¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico puede ocurrir repentina y frecuentemente, se caracterizan por una ola repentina de temor o incomodidad, o bien, una sensación de perder el control; sin embargo, no todos tienen este síntoma.
A veces el trastorno de pánico podría ser hereditario, pero aún no se sabe por qué algunos de los miembros de la familia lo tienen y otros no. Los investigadores han descubierto que varias partes del cerebro y ciertos procesos biológicos pueden desempeñar un papel importante en este temor y la ansiedad.
¿Cuáles son los síntomas de un ataque de pánico?
La mayoría de las veces, un ataque de pánico se siente de la misma manera en diferentes personas; incluyen síntomas como:
- Temblores.
- Hormigueos o latidos rápidos.
- Sudor.
- Escalofríos
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho
- Dolor en el estómago o náuseas.
Asimismo, las personas que experimentan un ataque de pánico tienen una preocupación intensa sobre cuándo ocurrirá el siguiente, así como temor de ir o evitar ir a los lugares.
¿Cómo tratar un ataque de pánico?
Es importante acudir con un especialista para poder saber el origen de los ataques de pánico y así recibir tratamento para disminuirlos. Ante esto, es necesario hablar sobre el
historial clínico
; el primer paso para un tratamiento eficaz para evitar los ataques de pánico es obtener un diagnóstico.
- Psicoterapia
A menudo se usa la terapia cognitivo-conductual, un tipo de psicoterapia respaldada por investigaciones para tratar los ataques de pánico.
- Medicamentos
Hay diferentes tipos de medicamentos que pueden ser eficaces para tratar un ataque de pánico como:
- Antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN).
- Betabloqueadores (también conocidos como betabloqueantes)
- Ansiolíticos o medicamentos contra la ansiedad, como las benzodiazepinas.
Por último, la NIH exhorta a la población hablar con honestidad y saber cuándo pedir ayuda para evitar más ataques de pánico y buscar tratamiento.