¡Date cuenta! Antes que Trump, primero nuestra casa

A poco más de un mes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, su estrategia comercial ha vuelto a generar incertidumbre en México. Con un enfoque basado en presión económica y aranceles, el mandatario estadounidense ha dejado claro que busca imponer condiciones a los países con los que mantiene desacuerdos.

Ante este panorama, es crucial analizar cómo México puede afrontar esta situación sin caer en estrategias que solo agraven el problema.

Donald Trump ha utilizado los aranceles como una táctica de negociación desde antes, y su nueva administración no es la excepción. Las recientes declaraciones y amenazas sobre la imposición de impuestos a las importaciones mexicanas han generado preocupación en distintos sectores económicos.

Una posible reacción sería aplicar impuestos a productos estadounidenses, como lo hizo Canadá en el pasado. Sin embargo, esta estrategia podría terminar afectando más a los consumidores mexicanos, aumentando los precios y reduciendo la competitividad de muchas industrias.

Si bien la política de Trump representa un desafío, el problema no se limita a las acciones del gobierno de Estados Unidos. México enfrenta problemas estructurales que lo han dejado en una posición de vulnerabilidad frente a presiones externas.

Algunas de las principales debilidades que han agravado la situación incluyen:

• Inseguridad y violencia, que afectan la inversión extranjera y la estabilidad económica.
• Crecimiento económico limitado, con dificultades para generar empleo y atraer nuevas empresas.
• Falta de certidumbre jurídica, lo que desalienta la llegada de capital extranjero.
• Manejo ineficiente del gasto público, que ha generado altos niveles de endeudamiento.

La dependencia de México hacia Estados Unidos en términos comerciales es una realidad, pero el país también enfrenta desafíos internos que han sido ignorados durante años.

Culpar exclusivamente a Estados Unidos por los problemas económicos puede ser una salida fácil, pero no aborda la raíz del problema. El gobierno mexicano tiene la responsabilidad de fortalecer la economía y reducir la vulnerabilidad ante decisiones externas. ¡Date cuenta, compadre!