Desde ‘abrazos no balazos’ hasta aranceles: La irresponsabilidad del Gobierno que desoyó la realidad

La relación entre México y Estados Unidos siempre ha sido compleja, marcada por la interdependencia económica y los desafíos compartidos. Sin embargo, una de las principales preocupaciones del gobierno estadounidense en los últimos años ha sido el combate al narcotráfico, un tema que, según muchos analistas, el gobierno mexicano trató con una estrategia insuficiente bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El 29 de marzo de 2020 se convirtió en un día simbólico en las tensiones entre ambos países. Durante una gira por Sinaloa, AMLO fue captado saludando de mano a la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán, uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo. Este gesto desató una oleada de críticas tanto en México como en el extranjero, ya que reforzó la percepción de que el combate al crimen organizado no era una prioridad en su administración.

AMLO mantuvo su estrategia de “abrazos, no balazos”, a pesar de que fue objeto de burla y escepticismo tanto dentro de México como en Estados Unidos. En 2021, congresistas republicanos en Estados Unidos comenzaron a presionar para que el gobierno estadounidense interviniera más directamente en México, sugiriendo incluso la designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.

López Obrador se opuso firmemente a cualquier intervención externa, afirmando que México tenía la capacidad suficiente para manejar su seguridad.

Las tensiones diplomáticas se profundizaron cuando el expresidente estadounidense Donald Trump comenzó a hacer declaraciones públicas sobre el control que ejercen los cárteles en México.

Trump amenazó con imponer impuestos si México no tomaba medidas más efectivas para frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos. A pesar de estas advertencias, el gobierno mexicano mantuvo su postura, afirmando que no necesitaba ayuda externa.

Para mediados de 2024, la inacción de México en cuanto al combate al narcotráfico se convirtió en un tema cada vez más sensible para ambas partes. Las advertencias de Estados Unidos se intensificaron, especialmente con el enfoque de Trump hacia la ilegalización de los cárteles como terroristas.

Finalmente, el 4 de marzo de 2025, Estados Unidos cumplió con sus amenazas, imponiendo un impuesto del 25% a los productos mexicanos. Esta medida es un reflejo de la frustración por la falta de resultados en el combate al narcotráfico. Este golpe económico pone en riesgo el comercio bilateral y tensiona aún más la relación entre ambos países.