El precio del limón, de que aumentó, aumentó.
El procurador federal del consumidor, Ricardo Sheffield, asegura que se mantienen los precios del limón. Que al hablar de un aumento, solo se busca escandalizar a la población. Y que no hay nada que comparar, que los precios están similares a los del año anterior.
Sr. Sheffield, es matemática simple.
En septiembre de 2022, un kilo de limón rondaba los 26 pesos; hoy, por muy barato que lo consiga, cuesta 35 pesos. Pero si usted llega a ir al mercado en Puebla, Estado de México, Sinaloa o Michoacán, junte más monedas porque son los estados donde se vende más caro. Se encuentra el kilo de limón entre 44 y 49 pesos, cuando hace un mes se compraba en 34 pesos. Y no lo digo yo, le acabo de dar datos de la Secretaría de Agricultura.
Hice la pregunta en redes sociales y me llegaron respuestas como estas: “Chihuahua, un kilo de limón en 60 pesos”. “En Iztacalco, Ciudad de México, 50 pesos”. “En la frontera, 48 pesos”, y nos podemos seguir y pasar por los cuatro puntos cardinales del país.
El limón aumentó su precio.
No se puede tapar el sol con un dedo, la violencia en Michoacán, donde por cierto se produce el 23 por ciento del limón que se consume en México, está provocando que los productores aumenten sus precios para poder mitigar las consecuencias de las extorsiones a las que son sometidos. Viven de eso y terminan pagando hasta 200 mil pesos cada cosecha, para cumplirles a los criminales.
Sí, la violencia en México está alcanzando hasta los bolsillos de los ciudadanos. Esos que nada tienen que ver con el crimen organizado, pero que quedan en medio de un conflicto que ya se hizo grande y que parece no tener fin. Al menos, no por ahora.
