Altán Redes es una empresa que nació a la sombra del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), y que desde un principio fue impulsada por el entonces titular de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Mony de Swaan.
“El gobierno licita con Mony de Swaan la red bajo criterios de quién me ofrece cubrir más e invertir la lana”, explicó Jorge Álvarez, analista en Telecomunicaciones, en entrevista con Azteca Noticias.
Esa fue una jugada maestra, pues Mony de Swaan pagó de los impuestos de los mexicanos 100 millones de pesos para que la consultora Mckinsey propusiera crear una red abierta que llevara internet a las regiones más pobres del país.
Con el estudio bajo el brazo, Juan Molinar Horcasitas, exsecretario de Comunicaciones, y su pupilo, Mony de Swaan, condicionaron el apoyo del PAN a la Reforma en Telecomunicaciones de 2013 si no se incorporaba la red compartida mayorista en el marco jurídico.
Así, se salieron con la suya y literalmente entre cuates, nació Altán Redes, bajo la batuta de Eugenio Galdón y luego Bernardo Sepúlveda Amor; empresa de telecomunicaciones, a la que declararon sin más ganadora del proyecto en 2016.
El analista en temas financieros Darío Celis señaló que “Altán Redes fue conformada por el fondo de infraestructura de Morgan Stanley, que se llama Marapendy, por una empresa que se llama Isla Guadalupe, representada por inversionistas españoles y también participa ahí un consorcio de proveedores de tecnología básicamente Nokia, Huawei”.

Altán Redes en el sexenio de Peña Nieto
Ya en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), fueron los secretarios en ese entonces de Comunicaciones, Gerardo Ruiz Esparza, y de Hacienda, Luis Videgaray Caso, quienes no solo impulsaron a Altán Redes, sino quienes oficialmente les entregaron la concesión.
Desde un principio Altán Redes registró pérdidas, sin cumplir con lo pactado, pero funcionarios panistas y priistas no cesaron en pedir el aval de bancos internacionales para que no perdiera liquidez.
Darío Celis recuerda que “el plan de negocios no funcionó, no fue atractiva la Red compartida para las empresas de telefonía privadas y no se subieron a la Red, Altán no vendía sus servicios, le costaba mucho trabajo vender sus servicios tenía un equipo gerencial altamente costoso”.
Sin embargo, a pesar de no tener avances en la red, las deudas se volvieron impagables, de manera que hoy Altán Redes debe casi 30 mil millones de pesos a 119 empresas.
Han pasado ocho años y ya debería tener una cobertura poblacional del 92.2 por ciento, pero apenas va en 2 por ciento.
No obstante y como parte de esta “jugada maestra”, Altán Redes se declara en quiebra, se va a concurso mercantil y pretende que el actual gobierno lo rescate con los impuestos de todos los mexicanos. “El 16 de noviembre del año pasado se dictó la sentencia que declara el concurso mercantil”, informó José Alberto López Torres, abogado de acreedores de Altán.
Y así, una vez más, el gobierno se va a salir con la suya.
Los consejos de administración de la banca de desarrollo ya avalaron inyectarle 150 millones de dólares a Altan Redes, algo así como tres mil millones de pesos, que saldrán de los bolsillos de todos los mexicanos.
Así, tomaría el control de una empresa fallida y volvería a jugar el papel de empresario, pero se ha comprobado una y otra vez que los gobiernos en turno son pésimos administradores.
Con información de César Méndez