La madrugada del jueves 3 de octubre, seis colonias de Juchitán, Oaxaca, quedaron totalmente inundadas tras el desbordamiento del río Los Perros. El evento ocurrió alrededor de las dos de la mañana, sorprendiendo a los habitantes, quienes no recibieron aviso previo sobre el riesgo inminente. Hoy, el agua ha comenzado a ceder, y tanto la Marina como la Guardia Nacional colaboran en las labores de limpieza. Los vecinos también trabajan arduamente para despejar el lodo y recuperar sus hogares .
Así se ven los daños en decenas de casas tras el desbordamiento del río Los Perros en Juchitán, #Oaxaca
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) October 5, 2024
Lo que sigue es el recuento y muchas familias tendrán que empezar de cero para hacerse de sus pertenencias.@uli1970 con el reporte en #Hechos pic.twitter.com/PYp6tlhJR2
Habitantes relatan cómo vivieron el desbordamiento del río Los Perros
Delia, una de las afectadas, relató la angustia vivida: “Nos ganó, nunca dieron aviso de cómo estaba la situación del río. Cuando nos dimos cuenta ya estaba afuera de la casa, y más a esa hora, a levantar; solo éramos dos personas y cómo le íbamos a hacer, eso fue nuestra preocupación”.
La fuerza del agua llegó a alcanzar entre dos y tres metros de altura dentro de algunas viviendas, destruyendo muebles, paredes de tablaroca y electrodomésticos. Julio, otro vecino afectado, explicó: “Dos metros, casi tres metros dentro de la casa, la sala, dos refrigeradores, la lavadora, mire ahí están, lo están viendo ustedes”.
La situación se tornó aún más crítica para quienes dependen de tratamientos médicos. En uno de los domicilios afectados, las bolsas de diálisis de una persona mayor se echaron a perder, complicando la salud de los habitantes. Arnulfo, afectado también, comentó que tuvo que sacar a su familia a salvo durante la mañana.
No todos pudieron refugiarse
Algunos vecinos lograron refugiarse en el segundo piso de sus viviendas; sin embargo, aquellos que no cuentan con esta opción se vieron obligados a dormir con el agua hasta las rodillas. En las zonas donde el nivel del agua ya ha bajado, los habitantes se dedican a limpiar el lodazal que dejó la inundación.
Sagrario, otra afectada, expresó: “Desgraciadamente en la temporada de lluvia, nosotros nos inundamos. Esta vez no nos avisaron, nos agarró desprevenidos… lo que pudimos levantar, levantamos, lo que no, se echó a perder”.
Ahora, las familias afectadas deberán
evaluar los daños y comenzar a reconstruir sus vidas desde cero
, tras la devastación causada por la depresión tropical Once-E.