La gastronomía mexicana, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, es mucho más que tacos y mole. Detrás de los platillos se esconde una historia, una tradición y un sabor único que nos transportan a diferentes regiones del país. Hoy, en el Día Nacional de la Gastronomía Mexicana , te invitamos a descubrir cinco joyas culinarias poco conocidas que te sorprenderán.
Coaxala: Un manjar jalisciense
Originario de Tuxpan, Jalisco, el coaxala es un caldo reconfortante elaborado con pollo desmenuzado, carne de cerdo y una base de masa de maíz que le da una textura espesa y deliciosa. Este platillo, que ha sido transmitido de generación en generación, es una verdadera delicia para el paladar.
Wakabaki: Un festín ancestral
Los pueblos yaqui y mayo tienen una tradición culinaria milenaria, y el wakabaki es una muestra de ello. Este caldo, que significa “cocido de vaca” en lengua mayo, se prepara durante las celebraciones más importantes y se elabora con carne de res, garbanzos, verduras y una variedad de chiles.
Mole chichilo: Un sabor único de Oaxaca
Oaxaca es sinónimo de mole , y el mole chichilo es una de sus variedades más especiales. Este mole, que se sirve en ocasiones especiales como bodas y bautizos, se distingue por su color oscuro y su sabor intenso, gracias al chile chirhuaste negro.
Papadzules: La enchilada yucateca
Los papadzules son un platillo icónico de la península de Yucatán. Estas enchiladas se rellenan con huevo cocido y un aderezo de pepitas de calabaza y epazote, lo que les confiere un sabor único y muy característico. También se pueden encontrar rellenos de pollo, queso o carne de cerdo.
Guacamayas: Un manjar leonés
Si visitas la ciudad de León, no puedes dejar de probar las guacamayas. Estas tortas, rellenas de chicharrón, pico de gallo y bañadas en una salsa de chile de árbol, son todo un clásico de la gastronomía local. Su nombre se debe al sonido que emiten los comensales al probar su intenso sabor.
La riqueza de la gastronomía mexicana
Estos son solo algunos ejemplos de la gran diversidad culinaria de México. Cada región del país tiene sus propios platillos tradicionales, que reflejan la historia, la cultura y la identidad de sus habitantes. Al degustar estos platillos, no solo estamos satisfaciendo nuestro paladar, sino también conectando con nuestras raíces y celebrando la riqueza de nuestra herencia cultural.