Simona Halep, exnúmero uno del mundo y dos veces campeona de Grand Slam, puso fin a su carrera este martes tras caer en su regreso al circuito WTA en el Abierto de Cluj-Napoca (6-1, 6-1) ante la italiana Lucia Bronzetti.
Con lágrimas contenidas, la rumana de 33 años declaró: “Mi cuerpo ya no responde. Es hora de despedirme”.
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La derrota marcó el epílogo de una trayectoria brillante, empañada por una sanción de dopaje en 2022 que la alejó temporalmente de las canchas.
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No quiero llorar. Gané torneos grandes, pero hoy ya no puedo
, afirmó Halep, citada por Digisport.
Una despedida sin gloria en casa
En su regreso tras 18 meses de ausencia, producto de una suspensión reducida a 9 meses por un positivo en roxadustat, Simona Halep mostró signos de una batalla física perdida. Bronzetti, actual top 50, dominó el encuentro en 59 minutos, exponiendo la falta de ritmo de la rumana.
Sabía que este día llegaría. Mi cuerpo no aguanta más
, admitió Simona Halep, quien jugó ante su público local en un ambiente cargado de emotividad.
Aunque intentó sonreír durante el encuentro, su juego estuvo lejos del nivel que la coronó campeona en Roland Garros (2018) y Wimbledon (2019).
“Era obvio que no estaba cómoda. Se le veía luchando contra sí misma”, comentó un analista de la WTA.
Legado y polémica de Halep
Halep cierra su carrera con 24 títulos WTA, 130 semanas como número uno y más de 40 millones de dólares en premios.
Sin embargo, su último capítulo quedó marcado por la controversia: en octubre de 2022, fue suspendida cuatro años por dopaje, aunque el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) redujo la pena en 2023 por “fallos en el manejo de su suplemento alimenticio”.
La rumana siempre mantuvo su inocencia: “Nunca hice trampa. Amo este deporte demasiado para mancharlo”, declaró durante el proceso.
Pese a ello, la sombra de la sanción aceleró su declive. “El desgaste mental fue enorme. Volver ya no tenía sentido”, confesó en su conferencia de despedida.
Con su retiro, el tenis pierde a una de sus grandes guerreras. Simona Halep, conocida por su tenacidad y juego defensivo, deja un vacío en Rumanía, donde es considerada un ícono nacional.
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Sé lo que significo para mi país. Me voy con el alma en paz
, concluyó. Mientras, el circuito WTA sigue su marcha, pero ya sin una de sus leyendas más queridas y más discutidas.
