Rafael Márquez, el “Gran Capitán”

No es fácil llegar a ser el defensa más grande en el futbol de México y aún más difícil tener una carrera de privilegio en este deporte que muchos amamos y seguimos con tanta vocación cada semana, Rafael Márquez es uno de los jugadores que seguramente nos sacó nuestra primera sonrisa viendo el futbol.

42 años de vida cumple Rafa Márquez, uno de los jugadores más brillantes en la historia de nuestro país, no solo por su capacidad y técnica para jugar a la pelota, para defender cada tramo de su área y salir tocando con la visión que solo el michoacano podría lograr, si no por la mentalidad que demostró y lo convirtió en una leyenda del Barcelona.

Vale la pena echar la mirada atrás y descubrir que el camino no fue fácil, no fue suerte, fue talento y trabajo para llegar a ser un jugador de primera línea.

1997, el año donde todo comenzó, club en el que demostró ser la “Joya” más importante del futbol mexicano en esa época y por muchos años, en el cuadro rojinegro jugó la final de 1999 contra Toluca , aquel equipo que sacó suspiros de la mano de Ricardo Antonio La Volpe, entrenador clave en la carrera del “Kaiser”.

La oportunidad de hacer historia se hizo realidad, el Mónaco lo fichó con apenas 20 años de edad, un mar de ilusiones, retos por cumplir y todo un país volcado en un fenómeno similar al que Hugo Sánchez generó años atrás.

La Liga de Francia le quedó chica, un año bastó para que fuera el pilar del campeonato del cuadro del principado y su nombre comenzó a hacer eco en otros países.

En 2003 se convirtió en el líbero culé, en ese momento Rafa comenzó con una carrera frenética en el Barcelona y una formación llena de grandes maestros que al tiempo se convirtieron en cómplices y maestros que se hicieron amigos entrañables.

El “Kaiser” a través del tiempo

Muchos niños que en esa época tenían 10 años, en las cascaritas callejeras o en el colegio pedían y peleaban por famoso “4”, el número de Márquez, esos niños que se disputaban ese dorsal lo vieron levantar en la primaria su primera Champions League en 2006 ante el Arsenal, en la secundaria levantar la segunda “Orejona” ante el Manchester United, en la preparatoria despedirse del cuadro Blaugrana y en la universidad jugar su quinto mundial con la Selección Mexicana, y tal vez como padres junto a su hijo despedirse en donde todo empezó en el estadio Jalisco con el Atlas, el equipo de su corazón.