La historia de Roberto Alvarado en De Cabeza con Pablo de Rubens

Mil novescientos noventa y ocho, año mundialista. México debutaba en grupos ante Corea del Sur; un empate ante Bélgica, otro ante Holanda, solo para quedar eliminados a manos de Alemania en Octavos de Final por marcador de 2 a 1.

En Salamacanca Guanajuato, nace Roberto Alvarado, el más grande fan de los Petroleros de Salamanca. Desde chiquito, se apasionó por el futbol al igual que sus dos hermanos mayores. Desde los 6 años ya jugaba en la escuelita y al poco tiempo, su papá se hizo entrenador del equipo.

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A los 12 años, hizo pruebas en Celaya. A los 16 años, debuta en Copa MX contra Tecos. Mark Redshaw buscó llevárselo a Europa y tras largas pláticas con la directiva se va a su primera experiencia europea, llegando a Manchester, para pasar año nuevo. Después, se lo llevan a Leicester una semana y media, para terminar por recular otra vez en Manchester, en donde entrenó 3 meses con los cityzens.

Al final las cosas no funcionaron y regresó a Celaya, donde jugó de los 16 a los 18 años. Ahí, tuvo su primer llamado a Selecciones Menores.

Bastó poco para que Pachuca se hiciera de sus servicios. ‘El Piojo’ jugó su primer partido ante Jaguares. Necaxa lo compró de forma rápida, en donde estuvo dirigido por ‘Nacho’ Ambriz.

El día de su cumpleaños número 20, debutó con la Selección Azteca; un año más tarde, ganó la Copa Oro. A su regreso, fue considerado por Ambriz y ganó la Copa MX, marcándole gol al Atlas.

Llegó Cruz Azul y fichó a Alvarado. En la Máquina, se consolidó como un jugador importante. Sus actuaciones lo llevaron a ser seleccionado mexicano para los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, en donde ganó la medalla de bronce.

A su regreso de Japón, el salamantino fue fichado por Chivas, club en el que milita actualmente.

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