Sin duda la unidad que más se destaca en este Draft es la de receptores y por eso habrá que poner mucha atención que pieza del rompecabezas se une a cada organización en aras de hacerla más competitiva y tenga mayores posibilidades de pasara a postemporada en este año atípico.
El claro ejemplo de lo que es ser dominante en esa posición a pesar de que los scouts en colegial hayan puesto a otros sobre él, es D.K. Metcalf quien en su primer año se convirtió gradualmente en el objetivo número uno de Russell Wilson con Seattle.
Por esa razón y al tener a jugadores mucho más veloces es llamativo en esta edición del Draft.
Hay que partir de que a diferencia de otros años la calidad en este cuerpo de receptores que están buscando dar el paso al profesionalismo es bárbara, no solo como un adjetivo calificativo sino que de verdad hay de todo, explosivos, fuertes y la única duda que en realidad existe por lo que vivimos desde hace unos meses es la capacidad de generar separación ante las coberturas.
Eso no te lo da un pro Day en su universidad y el Scouting Combine se fija en otras aptitudes atléticas pero de verdad este año los receptores son algo en lo que debemos poner atención.
CeeDee Lamb (Oklahoma)
El único parámetro real que se tiene fuera del Scouting Combine no es el video que mandan a los reclutadores sino lo que hicieron en su último año en colegial y como superaron las dificultades que se les iban presentando.
62 recepciones quizás no suena como un número desorbitante aunque cuando se contrasta contra la yardas conseguidas ahí sí hay un parámetro y CeeDee acaba la temporada con 1327 y 14 anotaciones. Si sumas esto a su corpulencia, estatura, velocidad ya hay un prospecto de receptor 1 para cualquier organización.
Jerry Jeudy
Jerry tiene un combo de habilidades únicas, velocidad (profundidad en sus rutas) y bloque cuando así este diseñada la jugada. Al inicio les mencionaba que uno de los factores fundamentales en la NFL es crear separación y gracias a su zancada, él lo hace ver sencillo; por esta razón ténganlo en su radar. Además de que el angelito mide 1.87 y pesa 87 kilogramos.
Al tener en la misma universidad a dos grandes receptores siempre uno sacará más yardas y tendrá más atención que otro y ese es el caso de Henry Ruggs III. Jerry Jeudy además de la forma en la que jugaba Alabama no le otorgan unos números desorbitantes a Ruggs pero cuando lo ves correr las 40 yardas y lo contrastas contra lo que registró en su última temporada con “The Crimson tide” sabes que tiene con que brillar dentro de la liga. Sus números aunque discretos, por lo anteriormente mencionado, fueron 46 recepciones y 741 yardas con 11 anotaciones.
Al hacer un conteo siempre quedará algo libre a los gustos y preferencias de quien lo vaya a seleccionar lo que no cabe duda en esta generación en el Draft es que los receptores que llegan tienen las condiciones para quedarse en el primer equipo, el impacto será cuestión del equipo y la forma en que los utilicen pero inclusive aunque su equipo no tenga selecciones altas por la calidad de cada uno de los que entran saldrá algo valioso para esa organización.
Por Eduardo Ruiz.
