El mejor tenista mexicano de la historia fue Ricardo Osuna, quien destacó en la década de los 60s. El “pelón”, como era apodado, es el único nacido en México en llegar a ser el número uno del mundo, además de ser el único azteca en estar dentro del Salón de la Fama del Tenis Internacional.
Dentro de sus palmareses destaca convertirse en el segundo mexicano en ganar un Grand Slam en individual en el US Open en 1963. Fue el primer mexicano en ganar un campeonato en Wimbledon, junto a Antonio Palafox y es el único en conseguir el primer puesto en dos ocasiones. Junto a Palafox, son los únicos mexicanos que han ganado el US Open en dobles.
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En 1962, Osuna encabezó al único equipo azteca en avanzar a la final de la Copa Davis. Esta victoria coloca a México como el primer país latinoamericano en avanzar hasta esa etapa. En los Juegos Olímpicos México 68, cuando el tenis era un deporte de exhibición dentro de la justa veraniega, ganó tres medallas de oro.
Su última participación antes de fallecer, fue la única victoria de México sobre Australia, en la Copa Davis, en donde obtuvo la victoria en dobles y sencillos. En ese entonces, el país de Oceanía ostentaba 17 campeonatos de dicho certamen de talla internacional. En este mismo torneo, es el jugador que, representando a México, más victorias ha conseguido, con 42.
Diez años después de su fallecimiento, fue consagrado por el salón de la fama del Tenis Internacional, lo que confirma su grandeza tenística. En espera de que nuestro país pueda volver a tener un deportista en estre rubro dentro de la élite.
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