Un episodio negro en la historia del futbol mexicano, una mancha de negligencia que se oscureció con el paso de las horas y salpicó a decenas de familias que asistieron a ver un partido de futbol. En eso terminó el juego entre Querétaro y Atlas de la Jornada 9.
Capítulo 1: Un Diego y un Maradona | El Once del 10
Minuto 62. La Corregidora. El atacante rojinegro, Julio Furch, le indica al árbitro que un aficionado saltó al campo. Instantes después, el encuentro es detenido y la cancha, invadida por personas que buscan resguardarse de una trifulca que inició en la tribuna y creció como espuma.
Un pleito por colores que pudo ser controlado, pero el Querétaro falló, incitó a la violencia mediante la omisión de protocolos que garantizaran la seguridad de los miles de asistentes.
La pelea que comenzó entre 10 fanáticos se originó en la oficina, con una directiva consciente de que recibiría un duelo de alto riesgo y que, aun así, no actuó, priorizó la venta de boletos sobre el acceso a personal de seguridad.
La ausencia de la autoridad derivó en familias huyendo, mujeres temerosas y niños llorando, porque el fanatismo se desbordó, una vez más, en la casa de los Gallos Blancos.
20 minutos después, la Liga BBVA MX, mediante su presidente, Mikel Arriola, comparte una postura: “Es una situación de violencia grave, que nos preocupa y nos ocupa, nos obliga a actuar enérgicamente contra los responsables. La Liga BBVA MX se encuentra recabando, junto con las autoridades municipales y estatales, todas las pruebas y elementos que puedan apoyar una investigación profunda que nos permita actuar en consecuencia.
“Estoy anunciando la suspensión de los partidos restantes de la Jornada 9 a celebrarse este domingo, en solidaridad a las personas afectadas en el encuentro de este sábado”, complementa.
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De la felicidad al dolor en Querétaro
Centenares de aficionados del Atlas que viajaron al bajío para ver a su equipo regresaron en camiones a Guadalajara, donde recibieron atención médica y acusaron las agresiones de las que fueron víctimas. Muchos otros se encuentran postrados en el hospital, luchando por su vida.
A la mañana siguiente, Mikel se traslada a Querétaro, visita el lugar de la tragedia. Ahí, en el Estadio Corregidora, deja la potencial condena para una institución que no ha salvaguardado a quien se acerca para ver rodar un balón.
“Todos los escenarios están sobre la mesa. Hay que analizar todo. El proceso debe ser eficiente para efectuar sanciones. (La Corregidora está suspendida) para realizar toda actividad futbolística. El tiempo total lo dirá la Comisión Disciplinaria”, sentencia el dirigente.
La desafiliación del Querétaro es una opción real y se discutirá el martes, en la Asamblea de Dueños de la Federación Mexicana de Futbol.
