Es una tradición en los Juegos Olímpicos el intercambio y compraventa de pines donde se observa un auténtico fervor de fans, voluntarios e incluso deportistas y trabajadores acreditados, que luchan por hacerse con todos los pines olímpicos habidos y por haber.
Esta tradición se remonta desde los Juegos de Atenas 1896, cita conocida oficialmente como Juegos de la I Olimpiada, aunque la verdadera popularización de esta actividad llegó en Los Ángeles 1984.
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El intercambio de pines parte, de hecho, de los propios atletas en los pasillos de la villa olímpica, tanto en las citas de invierno como en las de verano.
Cada delegación tiene sus propios pines
Cada delegación tiene los suyos propios (los que entregan, por ejemplo, los Comités Olímpicos a sus atletas) y reunir los de otros países intercambiándolos o conseguir pines específicos de leyendas del deporte se convierte en una de las atracciones en todo el desarrollo de los Juegos.
Figuras de Simone Biles, que a los 27 años se coronó en estos Juegos con tres oros y una plata, han tenido su propio, (y muy codiciado) pin, el de una cabra que hace referencia a su título honorífico de G.O.A.T (siglas en inglés de ‘mejor de todos los tiempos’ que a su vez compone la palabra ‘cabra').
Por las redes sociales han circulado momentos en que otros deportistas intercambiaban con ella dicho pin y, en la recta final de estos Juegos Olímpicos, también se ha popularizado otro con la figura del rapero estadounidense Snoop Dogg, muy presente entre el público en París, expulsando por la boca cinco círculos de humo con los colores de los anillos olímpicos.
400 pines distintos realizados por los organizadores de París 2024
Los organizadores de París 2024 han creado la friolera de 400 pines distintos para este evento.
Los hay con la forma de la mascota olímpica, otros con la de la figura de los Paralímpicos, algunos más de cada una de las pruebas. También los hay tan anodinos como el que consiste en una paloma con zapatillas rojas, que sin embargo es uno de los más buscados.
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“Hemos recreado una especie de Olimpiadas donde la gente puede reunirse, intercambiar pines y compartir momentos. Y es realmente el espíritu de los Juegos el que cobra vida a través de este bonito objeto”, contó este jueves Cyprine Beriot, responsable de souvenirs de Paris 2024.
Beriot contó que en cada una de las competiciones se pueden encontrar pines específicos de la misma y que las más de 200 delegaciones nacionales también participan de esta actividad que mezcla cultura y deporte.
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