La era de Roman Abramovich pasa por su peor momento desde su llegada al Chelsea en el 2003. Las duras sanciones económicas impuestas por el primer ministro británico Boris Johnson, por sus vínculos con Vladímir Putin, han colocado a la entidad deportiva en graves aprietos económicos.
Abramovich ya no podrá vender la propiedad del club. El Gobierno británico mencionó en un comunicado que anunciaba la congelación de todos los activos del oligarca. El club no puede vender más entradas para las competiciones que restan esta temporada. Estas pérdidas para el club podrían suponer más de 700.000 euros por partido.
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Ninguna marca quiere aparecer en el uniforme del Chelsea
El Chelsea no puede tampoco vender camisetas, gorras, bufandas ni nada relacionado con su marca en la tienda del estadio, que permanece cerrada. El equipo de Londres tampoco podrá comprar ni vender jugadores, o renovar contratos de la actual plantilla. Los gastos de desplazamiento, para los encuentros que se juegan fuera de casa o en otros países, como es el caso de la Champions League , no podrán superar los 24 mil euros por partido. En el caso de los encuentros en los que el club es anfitrión, la cantidad límite de gasto será de aproximadamente 600 mil euros.
También se verán afectados por la parte de uno de sus patrocinadores, una reconocida operadora de telefonía móvil, que de momento suspendería su patrocinio del Chelsea y retiraría su nombre de las camisetas. Otra gran perdida, ya que se trata de un acuerdo de 47 millones de euros con este patrocinador. En el caso del otro patrocinador, la famosa marca de ropa y calzado, su anulación supondría al Chelsea pérdidas de más de 640 millones de euros.
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El último en incorporarse al grupo de empresarios que han mostrado su interés por el club, que bajo la sombra de Abramovich ha ganado 17 títulos y dos Champions League, ha sido el promotor inmobiliario británico Nick Candy. Aunque todas estas pérdidas millonarias dejan ver claramente el momento de gran incertidumbre que atraviesa el club Chelsea.