Los Astros de Houston robaron señales de sus rivales en la temporada 2017 de las Grandes Ligas, en la que llegaron a la Serie Mundial del 2017, donde enfrentaron a Dodgers de Los Ángeles y salieron campeones.
Ese título ha quedado opacado por la investigación que iniciaron Las Mayores y en la que entrevistaron a 23 jugadores y 68 testigos, encontrando que en efecto, parte del staff veía en vivo las acciones y pedían las repeticiones al instante para identificar y decodificar los tipos de señales entre la batería de los equipos y otro lenguaje precisamente de señas.
Las cosas se hicieron más intensas cuando el coach de banca, Alex Cora, pidió un monitor en las casetas con la señal del jardín central que veía directamente la comunicación del equipo contrario.
Entonces, cuando venía una recta, Astros dejaba pasar la acción, pero cuando el lanzamiento habría de romper, hacian dos golpes sobre un bote, para que el bateador supiera que la bola rompería. Existes además videos plenamente identificados sobre ese método.
A.J. Hinch, entrenador de los Astros sabía plenamente esta práctica aunque él mismo explicó que dos veces rompió ese famoso monitor.
En 2018, Cora salió de Astros con destino como manager de Red Sox, equipo con el cual ganó la Serie Mundial en esa campaña. De inmediato las sospechas de que había impuesto las mismas prácticas se despertaron.
MLB impuso sanciones ejemplares de un año de suspensión a A.J. Hinch y a Jeff Luhnow, gerente general de Astros, pero fueron cortados del conjunto. Cora, al estar ligado a estos escándalos también fue cepillado de Boston.
Carlos Beltrán, quien estuvo en ese roster campeón y que tenía conocimiento de los hechos y que en la actualidad era entrenador de Mets y encararía su primera campaña, también ha sido despedido de la novena de Nueva York.
El escándalo no termina ahí y ha surgido la información que señala que Alex Bregman y José Altuve habrían usado una especie de dispositivo electrónico en el pecho para da seguimiento a la comunicación, pero en el terreno.
Altuve, MVP en aquel año de escándalo negó esa prácita: “Nunca he usado un dispositivo electrónico en mi desempeño como jugador de las Grandes Ligas. He sido transparente y sincero con MLB y con su investigación”.
Al respecto, MLB indicó que sí han investigado un uso de este tipo, pero que no hay nada concluyente ni castigable, aunque tras la presión que ha surgido, eventualmente podrían retomar esta línea de investigación.
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