La oscuridad de la duela. El sonido del pletórico United Center a punto de hacer erupción. Los ecos musicales que se convirtieron en el himno de toda una generación en Chicago: Eso representaba la dinastía de los Toros de Michael Jordan.
Era el año de 1982 cuando la banda inglesa The Alan Parsons Project (fundada por Alan Parsons y el difunto Eric Woolfson) sacaba a la luz su sexta álbum de estudio titulado “Eye In The Sky”. A la canción homónima de este disco se une “Sirius”, tema instrumental de un minuto 54 segundos que brinda una atmosfera intimidante ante los rivales. Sobre esa percepción, esta fue la respuesta de Parsons, compositor del tema (además de afamado ingeniero de sonido de disco como “The Darkside of The Moon” de Pink Floyd, así como “Abbey Roads” y “Let It Be” de The Beatles, entre otros): “Esta melodía es sinónimo con personajes siendo presentados. Escuchan el acorde y el nombre de alguien siendo llamado. Grandioso.”
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Así fue como esta canción se convirtió en todo un acto de solemnidad en arenas de la NBA como Phoenix y Milwaukee. En el futbol americano colegial de la NCAA la popularizaron los Cornhuskers de Nebraska y como amuleto de la suerte para los Santos de Nueva Orleans, campeones del Super Bowl XLIII en 2009. Pero la intención no era ligar el tema al deporte, simplemente fue una afinidad natural según las palabras del creador: “No escribí la canción con la intención de que fuera para los deportes. Es lo último que hubiera imaginado.”
Alan podrá no haber asistido personalmente a escuchar su obra maestra en algún partido de los Toros de Chicago (aunque recuerda haber ido a ver a los Lakers de Los Ángeles en los años 80s), pero reconoce la esencia de este ritual lo suficientemente imponente como la estrella más brillante (eso significa “Sirius” o mejor dicho “sirio") del firmamento deportivo, mientras escuchamos ese imponente riff de sintetizador en Si menor.