Dicen que el deporte se compone de esos pequeños momentos interconectados por casualidades del destino. Ese fue el caso cuando las gotas de lluvia se impregnaron en las gradas del Sun Life Stadim de Miami durante la épica presentación de Prince en el Super Bowl XLI.
Bruce Rodgers, diseñador de producción del medio tiempo del evento, contó en un documental hecho por la NFL como se fue desarrollando el mágico evento: “Estamos en este camión, sentados detrás de Don Mischer (Productor del show de medio tiempo del SB) y recuerdo que nos dijo: Ponme en el teléfono con Prince. Don le dice: Quiero que sepas que está lloviendo y él le dijo, sí está lloviendo ¿Estás de acuerdo? A lo que Prince responde: ¿Puedes hacer que llueva más fuerte? Y yo estaba como...De acuerdo.
Cuenta la leyenda que en 40 años del Súper Domingo, jamás había llovido hasta que Roger Nelson interpretó uno de sus más grandes éxitos para cerrar la edición: “Purple Rain”.
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Literal, el talentoso músico nacido en Mineápolis, Estados Unidos creó una revolución musical junto a su entonces banda The Revolution con la salida del disco y la película homónima al tema de 1984.
De esa gran balada se desprende un sin fin de emociones y pasiones que hallaron complicidad con el entorno tormentoso que convirtió a este show en uno de los mejores de la historia del medio tiempo. Para el crítico de música y periodista estadounidense, Alan Light, la razón del éxito era obvia: “Transformando el mal tiempo en su ventaja dramática, era casi como un efecto especial”.
Nadie tocaba la guitarra como él
Además fue el escaparate que inmortalizó al también productor, cantante y bailarín (experimentando con generos que van desde el rock, funk, jazz, pop, soul e inclusoc R&B) como toda una deidad en el uso de la guitarra eléctrica, justo al entrar al clímax del tema y expresar "¿Puedo tocar esta guitarra? (haciendo gran homenaje a otros grandes del instrumento como Jimmi Hendrix e incluso el mexicano Carlos Santana, para mencionar algunos).
“Ese fue uno de esos momentos en los que las cosas simplemente funcionaron mágicamente y no hay nada más que puedas hacer que decir: Gracias”, fueron las sinceras palabras del afamado productor Don Mischer, luego de aquella épica demostración en el colorido escenario púrpura acompañado del logo emblemático que marcó la carrera de Prince (referencia al amor y la sexualidad).
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A 5 años de su pérdida irreparable aquel trágico 21 de abril de 2016, su esencia trasciende lo eterno de los escenarios, ya que las leyendas nunca mueren y menos las que con tanta pasión forjan los himnos del deporte.
