México. Pocos son aquellos hombres capaces de arrancarnos una lágrima sin haberlos conocido, ese tipo de inspiración causaba el gran Ayrton Senna . Considerado uno de los pilotos más virtuosos en la historia de la Fórmula Uno , su talento era tal, que decían que solo las manos de los dioses eran capaces de esculpir mejores obras de arte que su manejo.
Un tipo carismático que bajo ninguna circunstancia pasaba desapercibido. Desde sus inicios en el karting dejó claro que su talento para controlar un vehículo solo era opacado por su carácter e inteligencia, además tenía la ambición que todo campeón del mundo cultiva desde pequeño. Con mucho trabajo y siempre con grandes resultados aún en las condiciones más adversas Ayrton Senna pavimento una carrera llena de admiración. Con la escudería Toleman en los ochentas dio cátedra de lo que es manejar un auto regular, en condiciones complicadas y hacer valer tu talento, ese tipo de actuaciones le abrieron la puerta de un grande como Mclaren donde consiguió tres campeonato del mundo, construyó una de las rivalidades más grandes del deporte motor contra el francés Alain Prost (ambos se detestaban pero reconocían el talento del otro).
Ayrton se convirtió en un héroe, donde quiera que se presentaba lo primero que inspiraba era admiración, jamás se quedó callado, la valentía fue demostrada una y otra vez en la pista y fuera de ella, se convirtió en el ídolo de hombres y mujeres, eso era Ayrton Senna. El fenómeno que encontró su camino a ser leyenda antes de lo que hubiéramos querido.
El primero de mayo de 1994 estuvo marcado por sangre y llanto en la Fórmula Uno, no fue un domingo cualquiera, los ojos de uno de los deportistas más amados en la historia se cerraron para siempre, no habría más fotos con esa sonrisa, Ayrton Senna había muerto.
El icónico casco amarillo no se vería nunca más en los circuitos, las lágrimas vertidas por decenas de miles en el mundo hubieran hecho un rio para llevarlo e inundarlo de respeto desde San Marino donde encontró la muerte hasta Sao Paulo el lugar del reposo eterno.
Ayrton Senna, una leyenda que dejo inconclusos los sueños de millones y todo por su ambición de ganar.
Raúl Patiño / AD
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