El primer Grand Slam del año, el Abierto de Australia, no ha estado exento de polémicas. Las condiciones de las canchas ha causado un fuego cruzado entre los tenistas y las autoridades organizadoras del evento.
El austríaco Dominic Thiem, ya eliminado , fue quien abrió la lata. Después de haber practicado en el John Cain Arena, una de las principales pistas del torneo, aseguró que la pelota parecía salir después de su impacto en el suelo, con mucha rapidez. Tras vencer a Nick Kyrgios el viernes aseguró haber jugado el tenis más rápido de toda su carrera.
Días después, el ocho veces campeón del certamen australiano y quien conoce estas pistas como la palma de su mano, Novak Djokovic , aseguró que la bola en la cancha principal, la del Rod Laver Arena, corría sorprendentemente rápido, y repitió lo mismo después de derrotar al estadounidense Francis Tiafoe, y a Milos Raonic el pasado domingo por la noche: “He jugado el tenis más rápido en los 15 años que he estado aquí”, agregó.
Los encargados de mantener las pistas no están de acuerdo
Machar Reid, Director de Innovación de Tennis Australia, no concuerda con las declaraciones repetitivas entre varios de los participantes que tienen una sensibilidad milimétrica para jugar el tenis, después de haber golpeado cientos de miles de pelotas y jugado en innumerables canchas.
Reid asegura que los estudios de pista realizados previos al torneo han arrojado resultados muy similares a los del año pasado, que fue el primero en el que la empresa GreenSet se encargó del revestimiento acrílico de las pistas.
Las pistas son las mismas que el año pasado.
“Todo nos ha indicado que las pistas son las mismas que el año pasado”, aseguró. “Nosotros mantenemos una misma consistencia aquí y en todas las canchas del país”.
Antes de arrancar el certamen en curso, GreenSet se dio a la tarea de colocar una nueva capa de acrílico en todas las canchas de Melbourne Park, asegurándose de que quedaran justo en el promedio de velocidad, de acuerdo a los estándares de la Federación Internacional de Tenis, pues la organización australiana considera que el tenis más vistoso se despliega justo a la mitad de dichas regulaciones.
El argentino Diego Schwartzman, que a pesar de ser amplio favorito perdió en la tercera ronda contra Aslan Karatsev, describió la cancha como “muy, pero muy rápida”, lo que subrayó que afectó su juego, pues no tenía tiempo para elegir entre diversas opciones. El propio Karastev, quien jugó su primer Grand Slam en categoría individual, volvió a ganar en la siguiente ronda y reconoció la rapidez de la pista, aunque dijo que él se beneficiaba de ello por su estilo de juego.
El ruso, 114 del mundo, enfrentará a Novak Djokovic en la semifinal.
