Los Acereros de Pittsburgh, que son una de las grandes franquicias de la NFL , tuvieron un origen muy humilde. 2 mil 500 dólares fueron suficientes para que tuvieran un lugar en la liga más famosa del futbol americano profesional.
Arthur Joseph Rooney, quien fue conocido como “El Jefe”, nacido en Pensilvania tenía un cariño muy especial por la ciudad del acero, y eso fue lo que le llevó a pagar 2 mil 500 dólares en 1933 para que la NFL le otorgara los derechos de franquicia de un equipo. Con la inversión realizada, Art Rooney fundó ese mismo año a los Piratas de Pittsburgh, así es, con el mismo nombre de la franquicia de beisbol de la ciudad, que era el equipo de sus amores desde su infancia.
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Los Piratas tuvieron una corta vida y en 1942, la franquicia cambió de nombre a Steelers, como un gran homenaje a la actividad que mueve la economía en la ciudad, el acero.
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Los fans se sintieron más identificados con el nombre, pero los buenos resultados tardaron en llegar un poco. Su primera campaña en la que disputaron los playoffs fue cinco años después, es decir en 1947, pero las Águilas de Filadelfia los eliminaron en la ronda divisional.
La época dorada de los Acereros
Ya en plena era del Super Bowl, en los 70, comenzó la época dorada del equipo. En 1974, vencieron a los Vikingos de Minnesota y ganaron el Super Tazón IX.
Chuck Noll era el head coach de la institución y varias figuras de los emparrillados como Lynn Swann, Joe Greene, Franco Harris, Jack Lambert y Terry Bradshaw se comenzaron a convertir en auténticas leyendas.
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Después llegaron celebraciones en los Super Bowl X, XIII y XIV. Con Art como cabeza del proyecto, los Acereros se convirtieron en el primer equipo en la historia de la liga en ganar cuatro trofeos Vince Lombardi.
Art falleció el 25 de agosto de 1988 y su hijo Dan Rooney tomó el control de los Steelers. La franquicia consiguió triunfos en los Supertazones XL y XLII. Seis títulos en total, nada mal para una franquicia que costó 2 mil 500 dólares.