Vicente Sánchez vive su momento más delicado desde que asumió el banquillo de Cruz Azul . Su llegada fue sorpresiva, su estilo desconcertante y sus primeros partidos, difíciles de digerir para una afición que exige fútbol con carácter y resultados inmediatos. Pero, a pesar de todo, el uruguayo ha logrado mantenerse firme… hasta ahora.
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El empate que volvió a encender la polémica
El reciente 0-0 frente al América en los cuartos de final de la Concachampions dejó una sensación amarga. No fue una derrota, pero tampoco fue lo que los aficionados esperaban de un equipo en ascenso. En especial, cuando se trata del Clásico Joven, donde cada detalle cuenta doble.
Y aunque los números respaldan a Vicente —solo una derrota desde que tomó el control—, la presión no cede. Porque en Cruz Azul no basta con resistir: hay que ganar, convencer y, sobre todo, soñar con títulos.
Las condiciones para quedarse
Dentro de la directiva cementera no hay margen para sentimentalismos. Si Vicente quiere seguir más allá del Clausura 2025, necesita cumplir con una serie de objetivos claros: meterse a la final de la Concachampions, pelear por el título en la Liga MX y sumar los puntos necesarios para aspirar al millón de dólares que otorga la Liga al mejor equipo anual.
La exigencia es alta. Pero también lo es la apuesta: si lo consigue, su continuidad sería prácticamente un hecho.
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El mensaje del DT tras el empate
Lejos de esquivar la presión, Sánchez se mostró sereno en la conferencia posterior al partido con América. “Agradezco a los jugadores el esfuerzo, la humildad y la actitud que tuvieron en la cancha”, dijo. También tuvo palabras para la afición: “Gracias a los que vinieron hoy, y a los que nos acompañarán en Puebla…”.
Su mensaje fue claro: no piensa rendirse. Pero sabe que en Cruz Azul, los proyectos no se construyen con intenciones. Se sostienen con finales, títulos y gloria.