El futbol perdió a uno de sus más ilustres amantes el domingo con el fallecimiento de Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura peruano que definió al deporte de las “patadas” como “emocionante y vacío”.
Su vínculo con el balompié fue una constante en su vida: desde sus días como juvenil en el Universitario de Perú, pasando por su labor como cronista en el Mundial España 1982, hasta su rol como director de la Cátedra Real Madrid desde 2007.
Resumen: Al Nassr 2-1 Al Riyadh doblete de Cristiano Ronaldo en la Jornada 27 de la Liga Saudí 2025
Vargas Llosa siempre rechazó el prejuicio de que deporte y cultura estuvieran enfrentados. “Como si cultivar el cuerpo supusiera optar por la materia y rehuir al espíritu”, criticó.
Te puede interesar: ¡ES OFICIAL! El club Santos despide a su director técnico
Su amor por el futbol lo llevó incluso a vivir una anécdota singular: su luna de miel la pasó en el Maracaná, viendo a Pelé marcar dos goles en un Brasil vs. Alemania.
Un intelectual que defendió la magia del balón
En 2010, tras ganar el Nobel de Literatura, el Universitario lo nombró socio honorario. Allí recordó sus años como juvenil ("calichín") y rindió tributo a sus ídolos: “Lolo” Fernández y “Toto” Terry.
Pero su pluma también brilló en la crónica deportiva. En el Mundial de 1982, escribió sobre el Bélgica-Argentina (1-0): “Basta de escribir, vamos a divertirnos un poco”.
Para el autor, el futbol era un lenguaje universal: “El inteligente y el tonto, el culto y el inculto lo pueden gozar por igual”. Defendió que su capacidad de unir a las sociedades lo convertía en un fenómeno cultural.
Su legado quedó ligado también al Real Madrid, donde hizo el saque de honor en 2010 junto a Iker Casillas y Joaquín Sánchez. Desde la Cátedra que dirigía, insistió en que “el deporte es un ingrediente fundamental de la cultura”.
Te puede intere FIFA: Cámaras corporales y las nuevas reglas para el Mundial de Clubes 2025 sar:
Vargas Llosa demostró que la pasión por el futbol y la excelencia intelectual no solo pueden convivir, sino enriquecerse mutuamente.