México ha contado con un gran número de jóvenes futbolistas con brillantes inicios en sus carreras. Aunque pocos son los jugadores que van en ascenso y la mayoría se quedan en promesa. Aquí te contamos algunos de estos casos parecidos al de Marcelo Flores.
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De ser joyas, a no trascender en sus carreras
Enrique Esqueda. Formó parte del campeonato Sub-17 en el 2005. Luego de aquella conquista, se integró al primer equipo del América, siendo un elemento irregular durante toda su estancia en el conjunto de Coapa. Emigró al viejo continente y fue a Polonia, en donde defendió los colores del Arka Gdynia pero lamentablemente para él solamente disputó ocho partidos.
Martín Galván. Con sólo 14 años era la joya que iba a ayudar con cientos de goles para hacer campeón a Cruz Azul, a esa edad el entrenador Sergio Markarián lo debutó en Primera División. Su devacle fue durante una concentración con la Selección Azteca, de la que fue expulsado por meter mujeres a su cuarto de hotel. Tras pasar por varios equipos del Ascenso, pasó a jugar para el Salmantino, de la Segunda División B de España.
Pablo Barrera. Debutó en el Apertura 2007 y de a poco se convirtió en un jugador indispensable del cuadro de los Pumas, cuando parecía que estaba en su mejor momento, una lesión en la rodilla lo dejo 6 meses fuera. Fue fichado por el West Ham, donde nunca pudo ganarse la titularidad, su carrera empezó a declinar, viéndose obligado primero a jugar en España y luego a regresar a México con el Cruz Azul.
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Pedro Arce Latapí. Su debut profesional fue en Europa, aunque se formó en las juveniles del Puebla, Arce comenzó como profesional en la Segunda División de Grecia, posteriormente alcanzó la Primera categoría helénica con el Veria. Luego lo trajeron al Club América, donde su principal función ha sido calentar la banca o ver los juegos desde la tribuna.
Taufic Guarch. Luego de una destacada actuación en el Mundial Sub 20 de 2011, fue fichado por el Espanyol de Barcelona, pero tuvo poca actividad. A su regreso a México el talento goleador parece desapareció porque nunca volvió a ser el mismo en el que confió Miguel Herrera.