No nos debe sorprender lo que está pasando en el mundo del futbol, o para ser más concretos, entre dos potencias económicas que ahora mismo ven al futbol como un medio para ganar simpatía o simple y sencillamente para ganar dinero.
Arabia Saudita (la SPL) y Estados Unidos (con la MLS) se han enfrascado en una batalla por apoderarse del futbol, y de hecho, bien podríamos decir que son los nuevos dueños del fútbol por más que Florentino Pérez y todo lo que hay detrás de la Superliga, quieran un pedazo del pastel.
Y en todo esto, el más grande cómplice, jugando a dos bandas, es la FIFA, a la que solamente le interesan los beneficios económicos que le pueden dejar la relación con quien tenga el mejor postor. Eso es el futbol negocio en nuestros tiempos, dejando el futbol deporte para mejor ocasión.
Ya por eso, se jugó un Mundial en invierno, el de Qatar 2022, y se sigue pensando en llevar torneos a Medio Oriente, sin olvidarse de Estados Unidos, que tiene bien agarrados a muchos de los “grandes” personajes del futbol mundial por el llamado FIFAGate.
En resumen, ambos países, gobiernos y quienes están metidos en esto del futbol, lo único que quieren es llevarse la mejor tajada y adueñarse del futbol ante los ojos de la FIFA, que lo permite todo.
Por eso el Mundial, el primer Mundial con el nuevo formato, será en Estados Unidos, aunque le hayan dado un pedacito del postre a México y a Canadá. Por eso, Arabia Saudita no tiene quien le compita para hacer la Copa del Mundo de 2034. Por eso también, la Copa América del próximo año será en territorio estadounidense, lo mismo el nuevo Mundial de Clubes, que deja que dejará la región árabe después de bastante tiempo, y ahora se han sacado de la manga una nueva Copa Intercontinental.
Pero hay algo que todavía no pueden comprar estas dos ligas y países con todo el dinero que le han metido al futbol, y esa es la calidad de sus productos. La MLS y la SPL, están todavía muy lejos del nivel de fútbol que tienen y seguirán teniendo las ligas de élite en Europa, por más que se lleven a sus mejores futbolistas.
Ver los partidos de Arabia es como observar interescuadras lujosos, con un nivel paupérrimo, mucho menor al tan criticado bajo nivel de la MLS, que por lo menos tiene ya una estructura de años que medio la hace figurar, aunque todavía tiene que colgarse de la Liga MX, que se ha convertido en su fiel esclavo.
Hoy, el atractivo de la SPL es ver a Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y quien se sume a la lista de superestrellas, de eso no hay duda y no tiene nada de malo; así como en Estados Unidos lo que más llamará la atención es ver al Inter Miami con los Messiboyz yendo como en caravana de circo por todo el país.
No se trata del deporte como tal, como esa competencia sobre la cancha. La competencia está fuera de ella, midiéndose quién tiene más grande la cuenta de banco para comprar y quedarse con los mejores productos del futbol.
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