Jorge Campos es, sin cuestionamiento alguno, el ídolo máximo de nuestros queridos Pumas . Debe ser aplastante el apoyo para el gran acapulqueño que nos ganó por futbol y carisma a los aficionados al equipo. Es un personaje, hasta hoy, inolvidable. Nadie como Jorge en Pumas y en el futbol mexicano –y hasta en el extranjero-, su estilo y vestimenta le dieron color a los torneos. Campos nos marcó a muchos, nos dejó impresionados por su efectividad en la portería y en el ataque. Su número en el dorsal adelantaba lo que sería en la historia del equipo: el 1.
El famoso “Brody” nos cautivó. Era un lujo verlo correr al mediocampo desde la portería para quitarse su vistoso uniforme de guardameta y colocarse la playera de delantero. En la temporada 1989-90 consiguió su mejor marco de goles al anotar 15, en total encajó 39 goles con los auriazules. Jorge fue trascendental en el título ganado al América en la campaña 1990-91, a partir de ahí fue inmortal. Esa tarde en CU, con miles de banderas blancas y azul y oro en las repletas tribunas, Campos y Pumas nos entregaron un momento imborrable en nuestras vidas. Tengo fresco ese remate de Alex Domínguez directo a portería, casi al final del partido, en el que Jorge se lanzó hacia adelante y a ras de pasto para abrazar el balón y nunca más querer soltarlo. Era nuestro destino observar las hazañas de Campos.
Se fue al Atlante –anotó un golazo de tijera con los potros, esa noche yo estaba en el Estadio Azteca-, viajó a los Estados Unidos con el Galaxy de Los Angeles –agarraba la pelota y desde la portería eludía rivales y pasaba el mediocampo-, vino al Cruz Azul –en donde fue campeón-, estuvo en el Chicago Fire, pasó por los Tigres y se retiró con el Puebla. Todo lo anterior no opacó su vida con los Pumas, jamás dudamos del histórico lugar en el equipo. Mención aparte su paso por la selección nacional pero esa será otra historia.
La primera entrevista que hice fue a Jorge Campos. Hacía mi servicio social en TV UNAM y fuimos a cubrir el partido para el desaparecido programa “Deportemas UNAM”. Partido internacional que ganaron los felinos. En cuanto sonó el final del juego, corrí como nunca para ser el primero en llegar a Jorge. Pasados los años y gracias a mi estancia en TV Azteca, logré tener una relación de amistad con Jorge. Es todo un personaje. Siempre amable y de buen humor, con una chispa maravillosa que te hace reír. De acuerdo, soy un privilegiado. Respeto, quiero y le guardo un gran cariño a Jorge.
En mis redes sociales publiqué sobre Jorge Campos. No tengo la menor duda: es el máximo ídolo en la historia de nuestros queridos Pumas. Algunos de ustedes respondieron que era Hugo Sánchez, otros Darío Verón o Cabinho. Hasta hoy no hay nadie en los Pumas que se le asemeje y ponga enfrente al gran Jorge Campos. Hoy y siempre mi admiración a tan increíble futbolista y persona.
Besos y abrazos para todos.
Por Gerardo Melín @elmagazo
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