No cabe duda de que Rafael Márquez es uno de los máximos representantes de México en el mundo. Fue gracias al nacido en Zamora, Michoacán, que México reapareció en los primeros planos del futbol mundial, luego del retiro de Hugo Sánchez.
Con muy poco tiempo en Primera División, el primer gran logro de muchos llegó para un joven Rafa, que en 1999 levantó la Copa FIFA Confederaciones en el Estadio Azteca, tras vencer en un enigmático partido a la selección de Brasil.
Gracias a su categoría, Márquez brincó el charco para conquistar Francia con el Mónaco. Sin embargo, su carrera alcanzaría un nivel más alto en 2003 cuando sorprendió a los mexicanos con su fichaje por el Barcelona de España.
El zaguero había alcanzado la elite del balompié y se codeaba con los mejores, por lo que su carrera solamente podía crecer con títulos, mismos que llegaron rápidamente, ya que como blaugrana conquistó la Liga de España, la Copa, la Supercopa y, por supuesto la Champions League en 2006.
Pero eso no fue suficiente para el ya entonces capitán y referente de la Selección Azteca, que en 2009 levantó su segunda orejona como barcelonista, escribiendo su nombre con letras de oro en la historia del Barsa y de México.
Al margen de todos sus logros,
Rafael Márquez
Álvarez se convirtió en el líder del tricolor, portando el gafete de capitán en cinco Copas del Mundo para emular lo hecho por Lothar Matthaus, Antonio Carbajal y Gianluigi Buffon.