Después de una racha de cinco partidos con victoria entre Liga MX y Concachampions, en el entorno de las Chivas sintieron que ya habían encontrado la fórmula para ser contendiente por el título del Clausura 2024 y sin realmente ser tan sólidos como Cruz Azul, si hablamos de otro proyecto que también inició este torneo, mostraron una arrogancia que ahora están pagando.
Y puede ser peor, porque el calendario pondrá al Guadalajara ante dos equipos que juegan mucho mejor que ellos y que no andan presumiendo y sintiéndose moralmente superiores a los demás: Pumas y el propio Cruz Azul.
Todo lo que ha pregonado Fernando Gago desde que llegó a las Chivas debería ponerlo en práctica, sobre todo aquello de trabajar con humildad, porque se le ha visto muy a la defensiva o vaya que ha mostrado arrogancia en las conferencias de prensa, como si nadie mereciera cuestionarlo.
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Lo único valioso que ha dicho el técnico de las Chivas en sus últimas conferencias, incluso en las que dio tras los partidos que ganó, ha sido que les cuesta manejar el final de los juegos. Como ejemplos, los goles con los que les empata Mazatlán al final de su partido, o el que le hace el Forge en el Akron o el FC Juárez.
Gago minimiza cosas que realmente son importantes como tratando de no perder credibilidad ante cosas que son evidentes como el hecho de que Chivas es uno de los equipos con mayor número de expulsados (tres) en lo que va del torneo, o que de los diez partidos oficiales que ha disputado en este 2024, solamente en uno (la victoria sobre el Atlético de San Luis), no ha recibido gol.
Si estos datos no le preocupan a Gago y se mantiene con que son cosas del fútbol, entonces la arrogancia seguirá siendo el peor enemigo de un equipo que, además, le urge que se recupere Gilberto Sepúlveda, porque Antonio Briseño no ayuda mucho.
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