Un teniente general del Ejército, deportista mexicano de equitación, fue el primero nacido en nuestro país que ganó una medalla de oro en la historia, en los Juegos Olímpicos de Londres 1948, en el legendario pasto sagrado de Wembley. Recordamos a Humberto Mariles.
Se convirtió en una de las máximas leyendas de nuestro deporte en la prueba de Salto Individual de la Copa de las Naciones de equitación, acompañado de su inmortal caballo tuerto Arete. De igual forma, ganó medalla de oro en la categoría de Salto por Equipo al lado de Rubén Uriza y Alberto Valdéz, y por si fuera poco, ganaron bronce en la Prueba de Tres Días.
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Aún con lo elitista que es este deporte, fue tal el éxito de Mariles y “Arete” su caballo en Londres, que México se conmocionó al grado de que al caballo se le compuso un danzón llamado “ El Arete de Mariles”, tocado en los salones de baile de la época.
El destino iba a juntar a Mariles y Arete
Los expertos en la materia de aquél entonces aseguraban que Mariles fue un jinete que revolucionó el concepto de la equitación; un adelantado a su tiempo que introdujo la disciplina, el orden, control y la auténtica sumisión de su caballo durante la competencia.
Por su parte, su caballo Arete, también tiene su historia. Aún con una deficiencia que le fue quitando la vista del ojo izquierdo poco a poco, este caballo fue comprado en 400 pesos por el trigésimo regimiento destacado en los Altos, Jalisco y montado de inmediato por oficiales del regimiento.
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En 1947 fue vendido y adquirido mas tarde por el Club Hípico Francés. En 1948, Mariles lo conoce, lo monta y empieza una aventura inolvidable para ambos que culmina con el Gran Premio de las Naciones donde obtienen juntos ese oro historico. Mariles falleció en 1972 en París, Francia, dejando una marca en la historia.