El primero de junio de 1969 vio nacer a Luis García Postigo, en esos momentos no se sabía que un histórico del futbol mexicano estaba viendo la luz. Canterano de los Pumas de la UNAM, tomó la atención de los medios por la juventud con la que debutó y se hizo regular en el cuadro titular de los universitarios.
Fue campeón de liga, de la Concacaf y también bicampeón de goleo con los universitarios. Con esta carta de presentación, emigró a Europa para jugar con el Atlético de Madrid, equipo histórico de LaLiga Española que ya había tenido en sus filas a un mexicano, el legendario Hugo Sánchez.
Con 23 años llegó al Vicente Calderón y vivió un giro completo en su estilo de vida, pues el choque cultural y estar lejos de su familia, podría resultar un problema. Independientemente de las situaciones extra cancha que estaba viviendo, respondió en el terreno de juego con goles.
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Su primer año fue tremendo
En su primera temporada logró romper las redes en 17 ocasiones y disputó 29 partidos. Con estas actuaciones se ganó rápidamente el cariño de la afición colchonera que celebraba su fichaje y anhelaba su presencia en cada juego. Uno de los momentos que más recuerda, fue un gol que anotó ante el Sevilla en el que jugaba Diego Armando Maradona.
Finalizó su etapa como rojiblanco con 33 anotaciones tras 73 encuentros y su siguiente destino fue San Sebastián para enfundarse en la casaca de la Real Sociedad. Su paso ahí fue breve, disputó solamente 10 partidos y regresó a México.
Su etapa en España tuvo muchos momentos brillantes y fue uno de los mexicanos que dejaron huella después de la era de Hugo Sánchez. Es uno de los motivos por lo que Luis García siempre será recordado como uno de los máximos exponentes del futbol mexicano en Europa y sobre todo, en España.
