A finales de Agosto se desató la novela del verano con Lionel Messi y el Barcelona como protagonistas, la posible salida del astro argentino del club que lo vio crecer y convertirse en uno de los mejores futbolistas de la historia del futbol.
Una novela que se armó por la goleada del 8-2 del Bayern Múnich en la Champions League, el argentino decidía dar un paso al costado después de 20 años en el club Blaugrana. Lo ocurrido alrededor de unas tres semanas, sobre si Messi seguía o se marchaba de Barcelona, generó distintas opiniones, algunos a favor de su partida y otros en contra de esa idea.
Lionel Messi les hacía saber a los directivos del Barcelona que tenía la intención de salir del club por medio del “Burofax”, un servicio que se utiliza en España para el envío urgente de documentos que requieran de una entrega, sirviendo de prueba frente a terceros, que se entrega siempre bajo firma del destinatario.
Para que Lionel Messi saliera del club, el equipo que lo quisiera tenía que desembolsar 700 millones de euros, como establecía la cláusula de recisión del contrato. Esa cifra astronómica no pudo ser pagada por ninguna potencia futbolística, por muchos deseos que tuvieran de sumar al argentino a su club.
Al final el astro argentino del Barcelona dio marcha atrás en su decisión, y anunció que se quedaba en el club de sus amores por una temporada más, después de semanas de días complicados donde fue relacionado con el Manchester City de Pep Guardiola.
Messi se quedó en el Barcelona, principalmente porque no quería resolver su adiós del club en los tribunales. El argentino afirmó que la directiva no lo dejó irse cuando en su contrato tenía una cláusula de salida libre.
Luego de lo que paresía ser una pesadilla, lo peor estaba por llegar, pues el equipo al mando de Ronald Koeman no logra recuperar su nivel y luego de 15 jornadas disputadas por el FC Barcelona se encuentran en la sexta posición con 25 puntos de la tabla 10 puntos menos que el actual lider de la competencia, Atlético de Madrid.
