Al Barcelona le costó trabajo, aunque en el marcador no lo parezca. Se cansó de fallar durante el primer lapso y una buena parte de la segunda mitad, hasta que Antoine Griezmann abrió la lata al minuto 60', un tanto que desencadenó una goleada épica, en donde el cuadro culé se encontró con su mejor versión para aplastar 0-4 al Athletic de Bilbao y coronarse en la Copa del Rey.
El equipo de Ronald Koeman fue autoritario durante todo el encuentro. Asfixió a los bilbaínos con una abrumadora posesión que llegó al 80%. Pero se defendió bien, además de que el guardameta Unai Simón detuvo todo tipo de disparos, como si tuviera un imán en el cuerpo.
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El Barça no desesperó. Siguió insistiendo como lo dicta su filosofía, con amplitud de campo, una buena cantidad de pases en cada aproximación, y con la cabeza bien puesta, hasta que al 60' Griezmann recibió un balón que definió tras un preciso pase de Frenkie de Jong, quien tres minutos después anotaría de cabeza dentro del área chica.
Apareció Messi para sentenciar la goleada
Los dos sablazos derrumbaron anímicamente al conjunto vasco, que con timidez intentó tomar la pelota para evitar la goleada, pero no lo consiguió. La defensa se vio muy novata ante la combicación de pases del holandés y Messi. Este último, con un pase a la red, le cambió el nombre al partido a “goleada”.
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El mismo Messi, víctima durante todo este año por los constantes cambios e irregularidades en el club, marcó el cuarto y último con una acción de la casa. Jordi Alba y Griezmann se juntaron para crear una pared en línea de fondo, el español envió una diagonal al rosarino, y este definió para concretar su doblete y darle al Barcelona un respiro hondo, ganando su Copa del Rey 31 en su historia, en medio del drama que ha signifacado el ciclo 2020-2021.
