La rapidez en la adaptación de Hirving Chucky Lozano al futbol italiano distó considerablemente de la que mostró a su llegada al PSV Eindhoven, un par de años antes.
Lo anterior se torna lógico si se toma en cuenta la brecha de nivel entre la Serie A y la Eredivisie o, más aun, si se considera que el Napoli de Carlo Ancelotti no estuvo a la altura de lo esperado por directiva y afición.
Ante el pobre desempeño del cuadro napolitano durante el primer semestre del mexicano, ‘Carletto’ fue despedido en diciembre de 2019. Llegó el turno de un histórico del Calcio: ‘Gennaro’ Gattuso.
La fiereza con la que un día derribó rivales para robar el balón y apropiarse del medio campo fue canalizada por ‘Rino’ para comandar desde la banca, esa en la que sentó a Lozano sin importar los 42 millones de euros que el club había desembolsado por su fichaje el verano anterior.
Hirving Lozano retomó el rumbo en el Napoli
La respuesta del jugador surgido del Pachuca fue, en un inicio, molestia desmedida hacia el estratega, con quien protagonizó un importante desencuentro. En junio, el diario italiano, Corriere dello Sport, reportó que Gattuso corrió a Lozano de un entrenamiento como resultado de una actitud apática.
Aunque la versión no fue abiertamente confirmada por alguna de las partes, el campeón del mundo en Alemania 2006 fue cuestionado al respecto durante una entrevista y declaró: "¿Lozano? Quien está cansado, no tiene ganas, no tiene la mente despejada, puede quedarse en el vestuario. No pasa nada si pierdes un día, los jugadores saben que quien va al campo, cuando silbo, debe ir a mil, no dejo que nadie arruine un entrenamiento”.
Eventualmente, el problema se solucionó y el ‘Chucky’ Lozano recuperó la titularidad, pero aquel episodio quedó en el recuerdo de muchos aficionados, con percepción dividida: Mientras algunos acusaron de injusto —y hasta racista— al director técnico italiano, otros criticaron el poco profesionalismo mostrado por el extremo mexicano.