Ciudad de México .- Alabado por muchos y considerado uno de los mejores futbolistas del planeta, Diego Armando Maradona iluminó e impactó con su pierna izquierda a todo el mundo.
Se convirtió en futbolista profesional en 1975 con Argentinos Juniors, club en el que permaneció hasta 1981 para así llegar al equipo de sus amores, Boca Juniors.
Con los xeneizes apenas jugó un año; su talento, velocidad, cambio de ritmo y desfachatez para eludir rivales captó la atención de Barcelona y fue en 1982 cuando dejó los colores azul y oro para convertirse en blaugrana.
Sin embargo la estancia en la Ciudad Condal duró poco, “el pelusa” sufrió primero una aparente hepatitis aunque algunas versiones comentan que en realidad, fue una enfermedad venérea que Diego contrajo por prácticas sexuales sin mucho cuidado.
Después, una fuerte entrada de Andoni Goikoetxea, jugador del Athletic Club, le provocó una fractura del maléolo peroneal del tobillo izquierdo, con desviación y arrancamiento de ligamento lateral interno con desgarro. Esta lesión lo dejó cuatro meses fuera, situación que a la postre lo imposibilitó para demostrar su verdadero talento. La poca paciencia de la directiva y la desgastada relación provoco que tras dos temporadas dejara a los culés y fuera a Napoli.
A pesar de la decisión, los números de Maradona fueron buenos, 45 goles en 75 partidos y ganó una copa del rey, una copa de la liga y una supercopa de España.
Así fue es la historia entre Maradona y Barcelona, un cuento incompleto que pudo haber sido épico.
